sábado, 15 de diciembre de 2007

GALDAR, SU HISTORIA


Historia del municipio

Comienzo de la Ciudad de Gáldar

Tras la contienda de la isla de Gran Canaria en 1.483 con la fundación de la nueva capital en Las Palmas de Gran Canaria, GALDAR no pierde su rango anterior. El modelo antiguo de doble jurisdicción -que tenía en GALDAR la capitalidad insular- pervive en gran medida añadiéndose la jurisdicción de Las Palmas de Gran Canaria. Desde el mismo momento de la incorporación la isla se estructura tripartitamente, quedando Las Palmas de Gran Canaria como cabecera administrativa, sede del Obispado y del Cabildo. GALDAR y Telde figuraron como cabeceras de las primeras demarcaciones eclesiásticas, con los beneficios más antiguos, primera vara de alcaldía y justicia, escribanías, heredamientos, distritos de repartimientos, etc.

Otro aspecto de la importancia histórica de GALDAR es la estancia del Obispo Frías que la convirtió en sede provisional del Obispado de Rubicón, antes de que este se convirtiera en Obispado de Canarias y tuviese su residencia en Las Palmas.

Desde el mismo momento de la incorporación GALDAR y bajo el reinado de los Reyes Católicos recibe le tratamiento de Villa en la documentación oficial que se conserva en los archivos de protocolos de Sevilla y General de Simancas, titulándose "Villa de Santiago de los Caballeros". Esta memoria de capitalidad perdura hasta el primer tercio del siglo XIX cuando en 1.821 Las Cortes de la Nación crearon el juzgado de primera instancia de GÁLDAR o cuando fue sede provisional, en 1.812, de la Real Audiencia de Canarias.

Junto a esta primacía, GÁLDAR EN EL SIGLO XIX ostentó la capitalidad de la mitad nor-occidental del Gran Canaria, elevándose su antigua Alcaldía de Mar a categoría de Ayudantía por Real Orden del 16 de noviembre de 1.859, con jurisdicción en la costa desde Arucas a Mogán.

El 9 de Agosto de 1.894, durante la Regencia de la Reina Cristina, GÁLDAR recibió el título de ciudad por Real Decreto.

La especial importancia y significación de la Ciudad de GÁLDAR en la historia de Gran Canaria queda patente en toda la documentación que existe sobre Canarias, principalmente de los siglos XV Y XVI.

GÁLDAR se define como la "Ciudad de los Guanartemes", la corte de la isla, su centro político y administrativo y donde sus gobernantes el Guanarteme TENESOR y la Guayarmina ARMINDA tuvieron protagonismo en la incorporación de la isla a la corona de Castilla.

El último rey de GÁLDAR, más conocido por D. Fernando Guanarteme es, según el profesor Wölfel, un personaje con categoría universal como los príncipes del Renacimiento. Denodado defensor de su pueblo acudió varias veces a la Corte para denunciar los atropellos de algunos conquistadores.

Los reyes fundadores de la monarquía grancanaria, cuyos nombres nos ha transmitido las viejas crónicas, fueron ANDAMANA y GUMIDAFE. Ella, mujer de extraordinaria inteligencia y él, conocido también como el "Caballero de Facaracas", el más valeroso caudillo de armas de la isla. Deciden instalar su corte en Gáldar, donde anualmente se celebraba el gran "Sabor" o Audiencia General, y a la cual asistían todos los representantes de distintos cantones. Desde este momento queda constituida Gáldar como la PRIMERA CAPITAL DE GRAN CANARIA.

La sucesión de estos monarcas vuelve a conocerse a principios de siglo XV con el príncipe ARTEMI SEMIDAN, fiero guerrero que obtuvo una gran victoria sobre las tropas de BETHENCOURT en las costas de Arguineguín. ARTEMI le sucedió TAGHOTER SEMIDAN quien a su vez tuvo dos hijos llamados GUAYASEN el Bueno y BENTAGACHE. El primero fue nombrado rey de AGÁLDAR y el segundo FAICAN de Telde. De GUAYASEN quedó, con tan sólo ocho años, una hija ARMINDA. Por esta razón el gobierno de Gran Canaria pasó a su sobrino TENESOR SEMIDAN quien más tarde, ya bautizado, pasó a llamarse FERNANDO GUANARTEME y fue rey de Gran Canaria.

Testimonio de ese pasado esplendor son los yacimientos arqueológicos patentes en el suelo de GALDAR. Por ejemplo en la costa de GALDAR se descubrió en los años treinta un gran túmulo circular conocido como el Panteón de los Guanartemes que contenía restos de más de cuarenta individuos. En e agujero se descubrió otro túmulo con 5 esqueletos y 3 ánforas, y un poblado con estructuras habitacionales.

Otros yacimientos también muy importantes se encuentran en "Cuevas de Facaracas", "Silos de Taya", "Huerta del Rey", "Barrio del Hospital", "Anzofé" y "Montaña de Gáldar". Siendo, sin lugar a dudas, el más importante e complejo de la Cueva pintada.

SS. XVI - XVII

SIGLO XVI

Desde las últimas décadas del siglo XV, la Real Villa, a partir del nuevo modelo económico que introduce Castilla con los Repartimentos y Heredamientos de Agua y Tierras, se convierte en una próspera localidad gracias al auge de los ingenios azucareros y nuevos cultivos introducidos por los genoveses, en particular los Riveroles, Cairascos y Sopranis. Junto a la nobleza canaria, y por la unión de familias isleñas y europeas, aparece una nueva clase social, enraizada con los mejores linajes de Castilla y del antiguo Guanartemato de Agáldar. Los grandes troncos familiares de los Betancores, Aguilares, Carvajales, Guzmanes, Pinedas, Saavedras de Vega, Rojas, Quintanas, Rodríguez de Lucena, etc. dan nombre a la nueva toponimia que se superpone a l a indígena. Es entonces cuando aparecen las Haciendas ligadas a estos repoblados, nuevo motor de las actividades agrícolas y ganaderas. Los nombres de Chirinos, Rojas, Imperial, Troya, Tapia, Coruña, Marmolejo, Barrial, Montemayor, Lucena, Grimón, Quintanas, Hoya de Pineda, Vargas, etc. están certificando este nuevo orden y que hoy son pujantes barrios galdenses.

El prestigio de Gáldar, sus escribanos, alcaldes, prebostes, capitanes, clérigos, su afamado Convento de San Antonio, las ermitas de Santa Lucía, San Sebastián, La Encarnación o el Hospital de San Pedro Mártir, fundado por la hija del Guanarteme Dña. Catalina Hernández, dice de estos años de esplendor que concita que en las justas del Señor Santiago, y para las fiestas patronales, se reúnan en su Plaza Mayor más de ochenta caballeros, con sus bien ajaezados caballos y pertenecientes a las más ilustres e hidalgas familias de la isla.

Gáldar está presente en el Cabildo, forma parte del triunvirato eclesiástico del Cura Animarum con Las Palmas y Telde, es Sede Capitular y aún conserva l a magia de ser al Capital histórica y antigua Corte de los Reyes de la Gran Canaria.

SIGLO XVII.

Es un siglo de menor empuje que el anterior y entra en concordancia con la decadencia del Imperio Español. De este siglo hay testimonios valiosos que hablan de la villa donde aún sus habitantes tienen a gala vivir en casas-cuevas, como aquellos guanartemes, teniendo este tipo de hábitat como timbre distinguido de nobleza. El personaje más importante del siglo es el Canónigo Don Marcos Verde de Aguilar que impulsa la cultura el arte y las fundaciones eclesiásticas.

De esta centuria son también algunas de las casonas que aún conserva la Real Ciudad, como la propia del Canónigo Verde de Aguilar, l a de los Rod´riguez de la calle Agua y la Hacienda de Hoya de Pineda. Las actividades comerciales se canalizan por los puertos de Sardina y caleta Arriba, que trafican con Europa y América con un volumen importante de mercancías. Terminado el Ciclo Azucarero, típico del XVI, aparece la introducción de los grandes recursos alimenticios traídos de América. Las huertas de Gáldar se llenan de papas y millo, además de viñedos y frutos ordinarios, frutales y una serie diversificada que le dan a su célebre Vega fama de vergel agrícola.

SS. XVIII - XX

Es el "Siglo de Oro" y de la Ilustración, entorno a la figura del Capitán Esteban de Quesada y otros Patricios. La Villa de Gáldar, precisamente por sus puertos, aparece cultural y políticamente muy vinculada, con lazos familires incluso, a Santa Cruz de Tenerife. Las tertulias de Gáldar, en las casas de los Tovares, los Pinedas o el propio Ruiz de Quesada, son un paralelo de las del Márqués de Nava de Grimón en La Laguna.

Fruto de este espíritu es la Reforma Urbanística responsable del Templo de Santiago, Plaza y calles adyacentes, con un proyecto único en el Archipiélago. Lo costoso y la envergadura del mismo hizo que se invirtiera casi un siglo, dándose por concluido con la edificación del Consistorio, la Alameda -con su fuente romántica- el palacete de los Betancores -junto al flanco norte de la Iglesia- y más tardíamente, ya en el siglo XX (aún cuando su creación es de 1.847) con el Teatro Municipal. Gáldar fija así a partir del último tercio del XVIII, su carácter ciudadano.

Consecuencia negativa de esta profunda remodelación fue la desaparición del Palacio de los Guanartemes, para ampliar la Plaza hacia poniente y disponer de un solar para el nuevo Templo. También la primitiva Iglesia del Señor Santiago, fue demolida una vez se concluyeron las obras del nuevo Templo, en 1.824.

Del siglo XVIII, exactamente de 1.728, es el Drago que preside el interior del Consistorio, hoy el más antiguo de la isla.

Gracias a esta generación de ilustrados, no obstante, se conservan varias obras de arte del escultor José Luján Pérez, realizadas a finales de siglo o principios del XIX, pero dentro de este espíritu neoclásico con el que se identificó Gáldar desde entonces.

En el siglo XIX se produjo el progreso comercial del puerto de Sardina que por su tráfico y volumen de mercancías fue el tercero en importancia después de los puertos de Las Palmas de G.C. y Santa Cruz de Tenerife.

En el orden cultural sucede la creación en 1.847, por fundación real, del Teatro Público de GALDAR, única institución de este tipo en Gran Canaria a excepción del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria.

El desarrollo agrícola y la pujanza comercial convierten en la primera mitad del siglo XX al municipio de GALDAR en el más poblado y próspero de la comarca. Importante nudo de comunicaciones y transportes, centro comercial y bancario, exportaciones agrícolas, firmas extranjeras y zona de localización industrial. Todo ello hace de la ciudad de GALDAR el núcleo urbano más activo y concurrido de la zona.

La ciudad de GALDAR está hermanada con l a ciudad de Calatayud por los Pactos Regios de FERNANDO GUANARTEME con los REYES CATOLICOS.

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