sábado, 8 de diciembre de 2007

DRAGO

Hay árboles que llaman la atención por su tamaño, otros por su forma, otros por su longevidad. El drago de Canarias (dracaena draco), asombra al hombre por todo eso y mucho más. Desde hace miles de años, el mítico arbor draconis ha estado envuelto en una aureola de misterio que le acompaña hasta nuestros días. Dice la leyenda, que los dragones, al morir se convertían en dragos. Este fósil viviente, es con todo merecimiento, uno de los símbolos de las Islas Canarias y quizá, el mayor tesoro de la flora española.

Viendo la curiosísima forma del drago, no es de extrañar que fuese considerado por los antiguos habitantes de las Canarias, como un árbol divino. Hasta hace poco, se consideraba al dracaena draco, endémico de Madeira, Canarias y Cabo Verde, sin embargo, se han encontrado poblaciones salvajes en Marruecos, aunque con ligeras diferencias respecto a la forma típica, por lo que se ha denominado Dracaena draco subesp. ajgal. (Imagen izquierda, hermoso drago del paseo marítimo del Puerto de la Cruz)

Sin duda, una de las razones por las que se ha elevado el drago a la categoría de mítico, es su linfa roja, conocida como sangre de drago. Apreciada desde la antigua Roma, donde la empleaban como colorante y panacea para todos los males. El interés por la sangre del drago se extendió a lo largo de los siglos y de todo el continente europeo. Al final, los usos eran tan variopintos, que incluso se barnizaba con esta savia los metales para protegerlos de la herrumbre. Afortunadamente, los humanos hemos descubierto otros productos muy efectivos para eliminar el óxido y en la actualidad los escasísimos dragos en estado salvaje están protegidos del vampirismo humano.

En las Islas Canarias hay varios dragos impresionantes. El mismísimo explorador y naturalista Humboldt, se interesó a finales del XVIII por el drago que se erigía en los jardines de Franchy (La Orotava), un gigante de 25 m. de altura y 23 m. de perímetro (aunque sobre estas medidas hay discusiones), desgraciadamente, fue derribado por el viento en 1867. En la actualidad, el mayor y más famoso drago, se encuentra en Icod de los Vinos (Tenerife), mide 17 m. de alto y 20 m. de perímetro en la base, el peso de esta mole ronda las 150 toneladas, sin contar las raíces. La edad de este drago ha sido muy discutida, se ha llegado a afirmar que podía tener más de cinco milenios, sin embargo, estimaciones recientes creen que su edad no pasa de 800-1000 años.

Arriba, el famoso drago de Icod de los Vinos. El tronco tiene una enorme cavidad que se eleva hasta los 6 m. de altura, a la que se accede por una puerta. En 1985 se procedió a un profundo saneamiento y se instaló en el interior del tronco un ventilador para facilitar la circulación del aire y evitar la proliferación de hongos. En 1993, el ayuntamiento de Icod, desvió la carretera que pasaba a pocos metros del drago, y por fortuna, en la actualidad, este símbolo vegetal de las Canarias no corre peligro. Aparentemente.

Muy escaso en estado salvaje, sin embargo, abunda en parques y jardines del archipiélago Canario. En esta imagen, se pueden observar dos hermosos ejemplares situados en la entrada del hotel Puerto Palace (Puerto de la Cruz - Tenerife), el ejemplar de la izquierda de la fotografía todavía no ha ramificado, simplemente presenta un tronco liso culminado por un penacho de hojas de más de medio metro de longitud.

Al igual que las palmeras, el drago no es un árbol, no posee tronco leñoso, esto ocasiona dificultades en la datación de los ejemplares, pues lógicamente tampoco tiene anillos de crecimiento anuales.
Los frutos del drago, del tamaño de una pequeña cereza y de un llamativo color rojizo, albergan en su interior una semilla redondeada (parte inferior derecha de la foto), que germina con gran facilidad.

Dcha. drago nacido de semilla de cinco meses de edad. Los dragos no ramifican hasta pasados muchos años. Por su aspecto, más parecido a una cebolla que a otra cosa, nadie se imagina el gigante que algún día puede llegar a ser.

Hoy en día, casi no existen dragos silvestres en las Canarias, sin embargo, es una especie muy frecuente en colecciones particulares de toda España, a ello contribuye su facilidad reproductiva por esquejes y por semillas y su resistencia. El drago, se adapta tanto a ambientes interiores como al aire libre. Eso sí, durante los primeros años de vida, debe tenerse la precaución de no exponerlo a los rayos directos del sol.
Quien le iba a decir a los guanches, que llegaría un tiempo en que la gente tendría un drago como quien tiene una lechuga. Los tiempos cambian, para el drago también.


LA INDUSTRIA DEL DRAGO

Pocos vegetales tienen en torno a su figura una industria tan floreciente y variada como el drago. Su imagen se representa en pequeñas porcelanas (foto izquierda), mecheros, licores, camisetas, bolígrafos, calendarios..., muy apreciados por los turistas que visitan las islas. Del mismo modo, numerosas empresas, como viveros, inmobiliarias, hoteles, restaurantes..., han elegido el nombre drago como denominación comercial. El drago está muy presente en la vida diaria de la sociedad canaria.

ICOD DE LOS VINOS

El gigantesco drago de Icod de los Vinos ha dado un gran impulso a la economía del pueblo. Numerosos turistas se acercan cada día para admirar este maravilloso ejemplar y degustar los deliciosos vinos y licores que se ofrecen en el lugar. El acceso a la finca donde se encuentra el drago "milenario" es libre para los residentes en las Canarias, el resto del público puede acercarse a este bello ejemplar, previo pago de 4 euros. Sin embargo, desde la alameda adyacente, se puede admirar el drago de forma totalmente gratuita y tomar imágenes como la que pueden observar a su derecha. Icod de los Vinos, es un destino "obligado" a todo el que visite Tenerife.

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