Alfonso XIII en Gran Canaria, segunda etapa del histórico viaje
11:26:40 - 10/07/2006Vocento VMT -La Familia Real llegó a Las Palmas de Gran Canaria el día 30 a las cuatro de la tarde, pero el programa oficial se desarrollaría los días 31, 1 y 2 de abril.
El Te Deum se ofició en la catedral, comparándola con la de Málaga, y la recepción y el lunch tendrían lugar en el Ayuntamiento. Visitó el Museo Canario y el Palacio Episcopal, convertido en residencia para la Familia Real. Era una excepción, pues en las demás islas pernoctaría en el "Alfonso XII". Por la tarde, asistieron al garden party, ofrecido por la colonia inglesa, en el Hotel Santa Catalina, visitaron los cuarteles y acudieron a las función del Teatro Pérez Galdós. Representaron obras de los hermanos Millares, Galdós y Guimerá.
El día 1, asistió a la Jura de Banderas y recorrió las baterías y fortificaciones de la Isleta. Dijo: "Aquí en la Isleta hay que hacer un puerto militar, un nuevo Gibraltar, que sirva de refugio en el porvenir a nuestra escuadra, y que sea el centro de operaciones para la defensa de las islas".
Almuerzo en Santa Brígida
Mientras tanto, la Infanta visitaba los establecimientos benéficos. A continuación, partieron hacia el Hotel Santa Brígida, al almuerzo ofrecido por el Comercio. Le escoltaba un centenar de jinetes. El Rey les dijo: "Llevo buena, lucida y muy leal escolta". El presidente del Círculo Mercantil, D. Domingo Rodríguez, del partido local canario, dialogó con el Conde de Romanones acerca de la división de la provincia, del contrato de la Arrendataria de Puertos Francos..., mostrándose antileonino (contrario a Fernando León y Castillo) y antitinerfeño.
Terminado el almuerzo, visitaron Santa Brígida, cuyo alcalde le entregó sus peticiones: subvención para la construcción de una escuela..., y San Mateo, donde presenció una carrera de caballos y burros. Al anochecer, se celebró una recepción y un lunch en el "Alfonso XII". Españoles y extranjeros estuvieron presentes. Doña Belén Méndez, viuda del Teniente Coronel de Infantería, D. Augusto Poncios, le pidió protección para su hijo mayor, que quería estudiar en la Academia de Infantería y no podía por carecer de recursos. El día 2, lo dedicó a inspeccionar los buques extranjeros S. Rafael y Condé, felicitando al Rey de Portugal y al Presidente de Francia, respectivamente. Sin embargo, Arucas se quedó esperando su visita programada.
A las cuatro de la tardes, después del banquete oficial en el "Alfonso XII", marchó a la batalla de flores, frente al Gobierno Militar. Las carrozas y los coches desfilaban delante del Rey, al tiempo que flores, serpentinas y confetis se cruzaban sin cesar, entre las aclamaciones de júbilo hechas al Monarca. A las ocho y media de la noche asistía al banquete del Ayuntamiento, donde se colocó una lápida con la inscripción: "S. M, D. Alfonso XIII fue el primer Monarca que honró a la ciudad con su visita. 1º de abril de 1906". Lo mismo había hecho el Instituto General y Técnico de La Laguna.
A su término, desde los balcones, presenció la quema de fuegos artificiales, siendo el último acto en dicha isla. De camino al muelle, vitoreado durante todo el recorrido, un grupo de obreros le entregó un escrito, pidiendo la desaparición del impuesto de Consumos, la protección de la industria y el desarrollo de la enseñanza obrera. El Rey dejó 5.000 pesetas al alcalde, Sr. Hurtado Mendoza, para los pobres y establecimientos benéficos. A las doce de la mañana el "Alfonso XII" zarpaba rumbo a La Palma, escoltado por el Giralda.
Política de altura
En Gran Canaria, los políticos fueron agasajados, siendo invitados a un champán por el Gabinete Literario. Hubo reunión en la casa de D. Domingo Rodríguez, amigo del general Luque, con el Conde de Romanones y el secretario de S. M, D. Niceto Alcalá Zamora. Se llevaron de la isla las peticiones de las autoridades, del partido liberal (sostenimiento de las franquicias...) y del diputado Pérez del Toro, que pedía la creación de una Escuela de Ingenieros Industriales y otra de Comercio... A aquélla, las señoras de Las Palmas de Gran Canaria le regalarían un estandarte, en 1910. La Reina sería la madrina en el acto de bendición, siendo representada por Dª Dolores Manrique de Lara del Castillo, que fue apoyada por el marqués de Muni. Dicha señora había dirigido el acondicionamiento del Palacio Episcopal, para que sirviera de residencia real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario