También de origen centroeuropeo llegaron a Canarias en el mismo siglo XIX que los temas anteriores, observandose las pautas sincréticas de estos también: un solista canta una copla que es repetida por el coro, y en lo que al baile se refiere, normalmente intercambio de parejas para volver otra vez a la inicial, con el entresijo de reverencias, saludos e inclinaciones que este conlleva.Además, es uno de los géneros más divertidos dentro de nuestro acervo cultural pues el doble sentido de las coplas cantadas hace que las risas sean inminentes en sus interpretaciones. Encontramos también otras polkas de carácter más infantil, como la polka del ratón, que muchos atribuyen a la zona de Milán, en Tejina , Tenerife.
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