jueves, 22 de noviembre de 2007

DICHOS CANARIOS


Flojo de muelles

Decíase de la persona, varón o hembrita, que padecía de flatulencias o de descontrol de los esfínteres en tiempo y forma y que por el ruido y la furia dejaban una estela de olor y de color que no se lo deseo ni a mi mejor enemigo. Repito: ni a mi mejor enemigo.

"A mi no me lo crea..."

Una rendición en toda regla aún vigente. Consigna que lleva metiéndose en las cabezas de los vecinos desde el principio del tiempo escriturado (…), y que está conforme con ese lugar – la cabeza -, que permanece vigilante sin que haya pasado de moda. Sutil como una tentación que se desdeña; indefinible, vasalla y cruel. De aquí y de allá, autodestructiva como una solitaria que se come, despacio, al vecino que se ríe…

TOLETE

Siempre está actualizado, no pierde vigencia y se aleja, sabiamente, de las modas, coyunturas y otras oportunidades vanales.

Simplón. Abobancado. De pocas luces y entendimiento. Dícese de la persona de escaso discurrir y negada para cualquier actividad del intelecto. Fue famosa aquella anécdota del maestro de escuela que contraviniendo las reglas, se atrevió a suspender a un alumno de gente rica. Su madre, la del discípulo bien comido, le recriminó al profesor la mala nota de su hijo/a y aquél le contestó: "Pero señora mía...¡si para lo tolete que es, se puede dar con un risco en el pecho¡"

Se aplica, además, para designar al miembro viril de buen tamaño. Y, también, para referirse al bobito que siempre está ahí, al lado. En cada calle y en cada pueblo hay una porción de ellos. Especie que no corre peligro de extinción. Afortunada o desgraciadamente

¿DÓNDE VAS TAN DESAFIADA…?

Es interrogante dispuesto y diligente que lanza una mujer en contra de otra cuando se encuentran en la calle, una hacia arriba y la otra en sentido contrario, y que se paran sólo un instante para proferir esta pregunta que indica prisa y nerviosismo. Lo de "Desafiada" es palabra esencial, guerrera e indefinible. Tal vez este comprometida, la palabra, con el gesto adusto, el caminar sin ton ni son y - sobre todo - una meta inalcanzable y cotidiana. Dabase entre vecinas que se ven cada día y aún no saben a dónde van. Aunque en el fondo, las dos van desafiadas y espantando moscas de caballo, dueñas de la calle, del barrio y del pueblo. Muy del país, muy canaria y muy femenina.

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