domingo, 31 de mayo de 2009

Guanches en Madeira

Guanches en Madeira

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Ermita canaria(*)

Las islas canarias con Madeira, Porto Santo, Salvajes, azores y Cabo Verde, forman la Macronesia.

Macronesia significa "afortunadas" y fue utilizado por vez primera por el botánico Philippe Baker Webb.

Existe una similitud entre ambos archipiélagos tanto en lo botánico, clima y geología donde el vulcanismo es común en ellos.

La primera isla descubierta fue Porto Santo en 1418 y en 1419 Madeira. Estas dos islas estaban despobladas.

En 1420 comienza la explotación económica de Madeira. El infante Don Enrique trae de Sicilia plantones de caña de azúcar. El trabajo en los ingenios azucareros exigía alta especialización: maestros espumeros, refinadores y purgadores. La primera exportación fue en 1456 a Bristol.

Según Cadamosto la población era en ese momento de 200 hombres de a pie y cien a caballo. Con este cultivo se incrementa la población con la llegada de mercaderes.

Los esclavos comenzaron a venir en 1491 procedentes de África.

Los portugueses desconfiaban de los esclavos negros.

A mediados del siglo XV, los navegantes portugueses caen sobre las islas canarias en busca de esclavos, creando un conflicto con España. La expedición a Gran Canaria por parte de don Fernando de Castro provocó la protesta de Castilla y un conflicto diplomático.

El infante Don Enrique reaccionó mandando cuatro expediciones entre 1450 y 1453, en las que se tomaron esclavos.

Grandes contingentes de guanches fueron llevados a la isla de Madeira a mediados del siglo XV.

Los madeirenses desde hacía un tiempo comerciaban con los antiguos canarios productos como carne, sebo y queso.

Los madeirenses necesitaban personal para los ingenios y ganado en sus montes para la producción de carne, leche y queso. Para esos ganados necesitaban ganaderos.

Los portugueses que sabían lo que hacían, vieron en los guanches de Canarias la solución. Ellos eran ganaderos y agricultores consumados. A parte de la cabra canaria como productora de carne, leche, queso y piel.

Hemos dicho que contingentes de guanches fueron llevados a Madeira donde se encuentran con el colectivo de negros.

Los guanches son separados en dos contingentes, uno para los ingenios y otros a cuidar los rebaños de cabras.

El madeirense confiaba en los guanches, más en los ingenios se ganaron la confianza de sus amos. Llegaron a ganar dinero que utilizaron en la compra de su libertad. Se hicieron insustituibles como maestros en los trapiches.

Compran tierras, casas y su propia libertad. Los canarios encargados del cuidado de los ganados de cabras, se vieron libres en un medio natural similar al de su tierra natal. El sistema de pastoreo, muy peculiar, es el guanil, donde el ganado pastaba libremente y una vez al año se hacían las "apañadas" para consumir su carne.

De esta forma los guanches se sienten libres y señores de la isla de Madeira. Ese sentimiento de libertad llegaron a transmitirlo a los negros de actitud sumisa, así como la idea de libertad y emancipación.

Es de notar la preocupación de las autoridades de la isla ante este viraje de los acontecimientos, ya que los canarios habían llegado al amotinamiento.

Se intentó capturarlos, cosa difícil dada su agilidad y bravura.

El 1481 los canarios estaban obligados a llevar una marca en el hombro para reconocerlos.

De Portugal vinieron muchas órdenes de expulsión, pero los intereses de los ingenios azucareros las frenaban; más aún, cuando en 1483, el conquistador Pedro de Vera había pasado por Madeira en busca de plantones de caña de azúcar.

Como la situación era insostenible, el 25 de noviembre de 1491, la Cámara Municipal de Funchal acuerda la expulsión de los canarios, que no se hizo de golpe ya que quedaron algunos grupos que siguieron manteniendo su rebeldía. El rey se dirige a las autoridades de la isla el 4 de mayo de 1503 para que se expulse a los restantes.

Muchos portugueses que vinieron a trabajar a los ingenios azucareros de canarias, eran sencillamente guanches con apellidos portugueses.

El azúcar canario eclipsó al madeirense.

(*) En el Boletín de Noticias número 11 de El Museo Canario, aparece un interesante artículo firmado por Rafael Delgado Perera y Ma Isabel Quintana González titulado "Una huella de los alzados canarios en Madeira", que recomendamos.


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