jueves, 2 de mayo de 2013

DESCRIPCIÓN DE LAS PIEZAS DEL CARRO


DESCRIPCIÓN DE LAS PIEZAS DEL CARRO

Carro decorado por Antonio Gordillo Asunción
DEFINICIÓN: Carruaje de dos ruedas, cuyo armazón consiste en un bastidor con viga o varas y costados de varales y tablas, para sujetar la carga. El tiro (en este carro formado por una pareja de bueyes) se engancha, por medio de un yugo sujeto a la viga, con una maroma o sobeo.
Todas las maderas que componen el carro están labradas y cepilladas, ensambladas y ajustadas bien, unas con otras. La mayor parte son de madera de negrillo (álamo negro). Las tablas son de pino y la madera de las ruedas, de encina, menos las mazas centrales que son de fresno.
El conjunto del armazón está reforzado con piezas de hierro, forjadas, especiales y amarradas con tornillos, formando todo ello un cuerpo sólido.
DESCRIPCIÓN DE LAS PIEZAS QUE FORMAN EL CARRO.
VIGA: Es una pieza de madera, de las principales, situada en el centro del bastidor. Sirve también, para amarrar a ella, el tiro, en este caso de los bueyes.
CADENAS: Son cuatro piezas de madera, repartidas proporcionalmente en la base del armazón y acopladas a la viga.
AIMONES: Son dos piezas de madera que ensambladas a las cadenas forman los extremos de los costados del bastidor.
CABEZAL: Son dos piezas de madera situadas una en la parte delantera y otra en la parte trasera del armazón, que junto con los aimones, las cadenas, la viga y las dos tablas, forman la base del armazón del carro.
HINIESTRO: Son cuatro piezas de madera que van acopladas en los extremos de los cabezales y forman la parte anterior y posterior de los laterales o costados.
VARAL: Son dos piezas de madera que se acoplan a los hiniestros en la parte de arriba de los mismos, por medio de cajas (escopleaduras) y espigas.
TELERA: Son cuatro piezas de madera que van situadas proporcionalmente, entre los varales y los aimones.
COSTILLA: Son catorce piezas de madera que van metidas en unas escopleaduras hechas a su medida, repartidas proporcionalmente en los varales, teleras y aimones, que junto a las tres tablas forman el conjunto de los costados del carro.
PALOMILLA: Son dos piezas de madera que van situadas debajo de los aimones, en el centro, sujetas con tornillos, fuertes, a los mismos y sirven de soporte para acoplar el eje.
TESADOR: Es una pieza de madera sujeta a la viga por medio de dos tornillos, en la parte delantera y sirve de soporte para acoplar el yugo.
DENTELLÓN: Es una pieza de madera acoplada a la viga en la parte delantera, junto al tesador, pero hacia abajo, que sirve de pata para que no dé la viga en el suelo.
TENTEMOZO: Son dos piezas de madera alargadas, cilíndricas, acopladas a la viga, una en la parte delantera, en la zona del tesador, y otra en la parte trasera del final de la viga, por medio de un tornillo giratorio que le permite situarlo en varias posiciones, recogido o vertical, para hacer de soporte y poner fijo el carro cuando está en posición horizontal.
DELANTERA: En un tablero formado por varias tablas, clavadas con clavos, a unas maderas especiales. Todo ello, forma un cuerpo acoplado al ancho de la caja del carro. Sirve para hacer de cierre y echar dentro paja, basura u otras cosas.
TABLA: Son dos tablas que llevan clavadas una maderas que se acoplan a las civicas de los laterales. Se colocan encima de los costados para que coja más cantidad de paja, basura u otras cosas en la caja del desojao del carro.

RUEDA

MAZA: Es una pieza de madera, cilíndrica (torneada) y en ella van dieciséis cajas o acopladuras, repartidas proporcionalmente, para que entren en ellas a presión los rayos que forman la rueda. En el centro de la maza se acopla un buje, a presión, para que entre el eje del carro (manguera).
RAYO: Son dieciséis piezas especiales de madera que van metidas a presión en unas escopleaduras, en uno de los extremos en forma de espiga. En el otro extremo lleva otra espiga que se acopla a las pinazas.
PINAZA: Son ocho piezas de madera, curvas, que van acopladas a los rayos por medio de dos escopleaduras y forman el aro, de la parte exterior, curva de la rueda.

PIEZAS PRINCIPALES DE HIERRO.
EJE: Es una pieza de hierro (la más gruesa). La zona de la base del carro es cuadrada y la parte donde entran los bujes de las ruedas es cilíndrica, algo cónica en los dos extremos.
TOPE: Son dos piezas anillares-gruesas que van acopladas en las partes del eje, donde termina la parte cuadrada y empieza la parte redonda. Son para que haga tope en ellas el buje de las ruedas.
VOLANDERA: Son dos piezas anillares-planas que van acopladas en las mangueras del eje por la parte de dentro de los chaveteros del eje, entre el buje y la estornija.
ESTORNIJA: Son dos piezas, tipo pasador-forjada, con cabeza, que van metidas en las cajas-chavetas del eje para que no se salgan de su sitio las ruedas.
GUARDABARROS: Son dos piezas de pletina, algo curvadas, que llevan en los extremos una anilla cerrada, de la misma pletina, para clavarlas a la madera del aimón, encima, donde va acoplado el eje.
ESCUADRA: Son dos piezas de pletina (forjadas), reforzadas en su vértice, que están pegadas en el centro de las escuadras para acoplarlas al ancho del desojao del carro, encima de los cabezales anterior y posterior, y a los hiniestros. Se sujetan a los cabezales y a los hiniestros con tornillos.
CONTRAPERNILLA: Son cuatro piezas de hierro forjado, se componen de una parte de pletina, reforzada en la zona donde se une con la parte de hierro redonda o cilíndrica, también reforzada en la parte donde se apoya, encima del cabezal, lo atraviesa y el redondo termina con rosca y tuerca para sujetarlo en esa parte. En la parte plana, va sujeto a los hiniestros por medio de tornillos que a su vez amarran a las escuadras. Son de gran utilidad porque hacen de contrafuerte en las cuatro esquinas de los laterales del carro.
GARROTE: Son ocho piezas de varilla redonda. En un extremo lleva una cabeza forjada, tipo tornillo carrocero, y en la otra está roscada y con tuerca. En la base del carro lleva dos garrotes y en los laterales del carro, lleva tres en cada uno. Tienen la misión de hacer de prensa, tanto en la base como en cada uno de los laterales, sirviendo a su vez de refuerzo.
CIVICA: Son dieciséis piezas de pletina de hierro, de tipo U. Ocho de ellas son mayores y van acopladas, proporcionalmente, en los varales y otras ocho van acopladas en una de las teleras de cada lateral. Sirven para meter en ellas los estacones o acoplar las tablas superpuestas para la basura, paja u otras cosas.
ABARCÓN: Es una pieza de pletina forjada, en forma de U, que termina en redondo roscado en los extremos y con tuerca. Va acoplada en la parte de la viga que encaja el cabezal delantero y hace de prensa en esa parte.
CADENA DE HIERRO: Es una cadena de eslabones que va fija en el final de la escuadra, en la parte delantera, por medio de una hembrilla-tornillo, llegando al otro extremo delantero del lateral y final de la escuadra donde se engancha en un tornillo , tipo alcayata. Se pone la cadena, de una parte a otra, para apoyar en ella los costales llenos de grano u otros objetos.
ARO: Es una pieza de pletina de hierro ancha y gruesa que forma un anillo-circunferencia cerrada, adaptada a la medida del aro de madera formado por las pinazas de la rueda. Cada rueda lleva un aro para el roce con el suelo.
BUJE: Es una pieza de tipo tubo, algo cónico, de hierro fundido y torneado en su interior, que va metido a presión en el centro de la maza de la rueda. Se acopla al eje del carro para que gire la rueda.
CINCHO: Es una aro de pletina de hierro que va acoplado en la maza de la rueda, cada maza lleva tres cinchos metidos a presión.
BOCÍN: Es un aro de pletina de hierro, ancho, con forma algo abierta en la parte exterior, que va metido a presión en la parte delantera de la maza de la rueda. Hace de contención para que al girar la rueda, no salpique la grada de untar el eje, al resto de la rueda.
HITA: Clavo de hierro forjado, con cabeza especial, que sirve para sujetar los cinchos de hierro que van acoplados a las mazas de las ruedas. Cada cincho lleva tres clavos.
CLAVO: Es un tipo de clavo de hierro forjado, redondo, con punta roma, que cruza el aro y la pinaza de la rueda. Cada rueda lleva ocho clavos.
ALMA: Es una pletina en forma de triángulo obtusángulo, no muy gruesa, que va incrustada en unas rajas, serradas, que se le hacen a las pinazas en sus extremos, en la parte exterior, con el fin de que no se desvíen una de la otra.

NOTA: Las tres tablas de cada lateral del carro, van cogidas a las costillas con tornillos pequeños de carrocero, con tuercas.
Al carro, una vez terminado todo el montaje, se le dan varias manos de pintura, para proteger las maderas y los hierros. Cuando está bien seca la pintura, se procede a decorar la delantera, las tablas superpuestas, los costados del carro; con motivos diversos, especialmente paisajes rematados con cenefas. A las ruedas se le marcan unas líneas en los rayos.
Resultando armonioso todo el decorado.
Antonio Gordillo Asunción.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Un momento de ironía

Un momento de ironía

Todo retumbó a su alrededor y él recuperó la conciencia en un lento despertar. Pero no era un despertar normal, aunque tardó en darse cuenta de ello. No recordaba haber soñado y no podía abrir los ojos. Bueno, más que nada era como si no tuviese ojos que abrir. Hiciese lo que hiciese, le rodeaba una uniforme e impenetrable oscuridad. Intentó tocarse los ojos pero los brazos no le respondían. En realidad era como si tampoco tuviese brazos que mover...

Eso terminó de espabilarlo. ¿Dónde estaba?. No lo podía recordar, pero tendría que recuperar el control de su cuerpo para averiguarlo. Debería haber quedado dormido en una mala postura y ahora sus miembros insensibles no le respondían. Pero era muy raro, no recibía sensaciones, no sentía hormigueos en los brazos o en las piernas, no sentía la cabeza en la almohada, no sentía el peso de su cuerpo en el colchón. Tampoco sentía su respiración, ni los latidos de su corazón agitado por el nerviosismo que le produciría esta rara situación.

Pero es que no estaba nervioso. No tenía miedo. ¿Por qué no tenía miedo?. Si lo pensaba fríamente tendría que estar muy alterado y con el pulso acelerado hasta que el corazón pareciera saltarle del pecho, pero, comprobó otra vez, tampoco sentía el corazón...

No comprendía por qué no se agitaba en la cama y se despertaba gritando de esa pesadilla. Quizá porque no era una pesadilla. Quizá se había dado un golpe y estaba inconsciente, bueno, desmayado. ¿Qué sentiría entonces?. Tuvo que hurgar más en su memoria. Recordó que una vez, de pequeño, perdió el conocimiento. Según su madre fueron unos segundos pero él hubiera jurado que duró mucho más. Fue una experiencia intensa y cuando despertó zarandeado, entre los gritos y cachetes de la gente que le rodeaba, pensó que eso era un sueño y la realidad era el sueño del que lo acababan de sacar. Así que rechazó todo ese ajetreo y cerró los ojos para seguir con la otra vivencia. Eso desató una nueva oleada de gritos y zarandeos y volvió a la cruda realidad viéndose llevado en volandas a un centro de urgencias cercano. No recordaba qué era lo que soñaba, sólo lo desagradable que le pareció la realidad en comparación con la placidez de la experiencia imaginada.

¿Estaría viviendo ahora algo similar?, ¿estaría inconsciente y su cuerpo se negaría a volver a una situación desagradable?, ¿a qué situación?. No podía recordarlo. Quizá había sufrido un accidente y estaba tirado ahora en medio de una carretera sin que nadie se atreviese a tocarlo. ¿Un accidente de qué?, ¿de coche?, ¿de moto?... ¿tenía moto?. No se acordaba de eso y tanto esfuerzo mental le tenía que producir un gran dolor de cabeza, pero... no, definitivamente tampoco sentía dolor de cabeza. Su memoria, su instinto estaban asociando situaciones con las sensaciones que debería sentir, pero no sentía nada de eso, evidentemente estaba en una situación nueva ¿pero en cuál?.

La idea se hizo presente, aunque en realidad parecía que siempre había estado allí. ¿Y si no sentía nada porque no había nada que sentir?. ¿Y si lo único que funcionaba era su mente?. Su mente sin cuerpo ¿cómo?, ¿en un laboratorio?, ¿en un frasco, bañada en solución nutritiva a la espera de ser implantada en un nuevo cuerpo?. ¿Su cerebro en la estantería de un banco de órganos a la espera de encontrar un receptor adecuado?, ¿a la espera de que la tecnología avanzase lo suficiente para permitir una operación así?. ¿Sería posible que en todo ese tiempo nadie se diese cuenta de que su mente estaba activa?. ¿Cuánto tiempo?, ¿cuánto tiempo sumido en sus pensamientos?, ¿y cuánto tiempo llevaba así?. Sin sensaciones externas le resultaba difícil calcular. Sólo contaba con sus pensamientos, pero ¿cuál era la velocidad de sus pensamientos?.

Igual estaba en coma. ¿Qué se sentiría estando así?. Sabía que a los enfermos en coma les ponían música y sus familiares les hablaban porque se suponía que les hacía bien. ¿Pero se enteraban de algo los enfermos?. ¿Estaría su mujer a su lado hablándole de los progresos de sus hijos en la escuela?. O quizás su madre contándole cómo superó aquella gripe tan mala cuando era pequeño. Intentó prestar atención... nada. Era inútil, estaba solo o, lo que era prácticamente lo mismo, se sentía solo.

¿Qué podía hacer?. ¿Encomendarse a Dios?. No hubiese estado mal, si no fuera por el hecho de que no creía en Dios, aunque quizá fuese un buen momento para empezar. Después de todo a Dios se recurre en situaciones desesperadas y ésta bien podía ser una de ellas.

La religión, así en general, da respuestas a preguntas que no la tienen, o por lo menos que no son accesibles con los medios que en cada momento disponemos. Además da las respuestas que queremos oír. Eso la hace, por una parte tremendamente útil y por otra parte incuestionable. De ahí su éxito, de ahí que no la aceptase, aunque siempre estaría dispuesto a estudiar cualquier argumento que demostrase que no era una simple mentira tremendamente útil.

Pensándolo bien, podría estar ante el argumento que estaba esperando. Podría estar ante una experiencia "después de la muerte", una de esas historias que narran los que han estado en situación de muerte clínica y después han sido reanimados. Historias que, había que reconocer, coincidían en aspectos fundamentales, pero siempre había pensado que para eso habría una explicación más lógica que mística. Quizá durante la muerte neuronal en el cerebro producirían una serie de fenómenos que desencadenasen esas situaciones, la sensación de placidez, la visión en túnel y todo lo demás.

Así pues era eso lo que le estaba pasando. ¿Estaría ya muerto?. No recordaba lo que le había pasado, aunque tampoco le importaba. Curiosamente tampoco le importaba la situación de la familia y amigos que dejaba atrás. Era una sensación de placidez extraña, nada parecido a la felicidad, era simplemente ya no ser de este mundo.

Todo volvió a retumbar y esta vez comprendió que se trataba de su corazón. Un latido, igual que el que le despertó antes. Se sorprendió del proceso mental que había sufrido entre uno y otro. Con toda seguridad el último. ¿Qué vendría ahora?.

Delante se formó un punto luminoso y la oscuridad se curvó entorno suyo. Sin solución de continuidad se abrió paso la luz y se encontró rodeado de rostros conocidos, reviviendo imágenes pasadas y olvidadas, aunque con argumentos bien distintos.

- Siempre me gustaste. Si me hubieses dicho que querías salir conmigo te habría dicho que sí-. Le dijo Sara, aquella chica del instituto de la que se enamoró tan perdidamente que nunca se atrevió a contárselo. Era curioso, hacía siglos que la había olvidado.

Supo que había repasado las cosas que había hecho y las que habría podido hacer, sin que pudiese calcular el tiempo que le había llevado todo ello.

También supo que el proceso había terminado y que ahora podría contestar la pregunta que siempre le había intrigado "¿qué hay después de la muerte?". Había dos opciones. Que el túnel se apagase cuando muriesen las neuronas o que alguien viniese por él a buscarle y comenzase una realidad nueva.

De poder hacerlo habría sonreído, era una ironía que fuese lo que fuese no podría contárselo a nadie.

POLLO A LA CREMA



Los ingredientes necesarios: 
Contramuslos de pollo
Cebolla o cebolleta

Zanahoria
1 Brick Nata para cocinar
Sal y pimienta
Vino blanco

Cucharadita de Bovril
Sal

Para los que nos gusta el pollo esta es una receta muy rica y fácil de hacer, además para los niños es una comida muy socorrida, eso sí, aunque un poco calórica al usar nata para cocinarlo, como casi siempre utilizo los contramuslos de pollo, ya que es la carne más jugosa, deliciosa para chuparse los dedos.
Pedimos al recovero que nos los deshuese y quite la piel, los cortamos en trozos pequeños y sazonamos con sal y pimienta molida.
Cortamos la cebolla o cebolleta en juliana, la zanahoria la cortamos a la mitad y luego otra vez a la mitad, hacemos cuartos.
 
A continuación ponemos un poco de aceite de oliva en una sartén y doramos los trozos de pollo, apartamos y reservamos.
En ese mismo aceite, agregamos la cebolla y la zanahoria y rehogamos unos minutos, dejamos que se dore un poco la cebolla.
Entonces incorporamos de nuevo el pollo, rehogamos todo junto y añadimos un poco de vino fino, dejamos que se evapore el alcohol, tapamos, bajamos él fuego y esperamos unos minutos, de vez en cuando removemos para que no se nos queme.
Cuando tengamos el pollo listo, añadimos la nata, removemos y cocinamos todo junto unos momentos, ponemos una pequeña cucharadita de caldo de carne Bovril. 
Comprobamos de sal y a fuego lento removiendo de vez en cuando hasta que la salsa espese.
Listos para servir, el mejor acompañamiento unas patatas fritas!
Esta misma receta la puedes preparar con champiñones o setas variadas, para ello seguir los mismos pasos sustituyendo la zanahoria y eliminando la cucharadita de Bovril, ya que las setas y el champiñón les da un sabor exquisito.

CHURRASCO DE POLLO ARGENTINO



Los ingredientes necesarios: 

Filetes de contramuslo de pollo
Ají molido
Diente de ajo
Cebolla
Vino blanco
Aceite de oliva
Sal


El churrasco de pollo es un plato típico argentino, habitualmente se hace a las brasas, que es como esta bien rico y el truco es saberlo dejar muy jugoso, aparte claro está del sabor de las especies, que como en todas partes según el lugar las preparan de una forma u otra. Es muy fácil de hacer tanto en barbacoa como en la plancha y nos viene muy bien para las dietas.
Compramos los contramuslos y le pedimos al pollero que nos los deshuese y los haga en filetes sin piel.
Vamos a preparar ahora el adobo, para ello tomamos una cucharada de Ají molido, este puede ser normal o picante y lo consigues de Antonio Berrocal, en el Mercado de La Línea o en el de tu Ciudad donde vendan las especias, el diente de ajo picadito, y un poco de cebolla también muy picadita.
A continuación ponemos un chorrito de aceite de oliva, la pimienta molida, la sal y un chorrito de vino blanco, removemos muy bien todo para que se integren los sabores, dejamos un rato para que también se hidrate el ají. Puedes ponerle un poco de comino, si quieres.
Calentamos la plancha, mientras con una brocha pintamos un lado del churrasco de pollo.
Lo llevamos a la plancha o brasas a fuego fuerte por la cara pintada, sin moverlo para sellarlo, cuando empieces a ver jugos en la parte de arriba, pintas ese lado también y le damos la vuelta rapidamente, hacemos lo mismo lo dejamos sin mover para que se selle.
Con la ayuda de la brocha, vamos pintando repetidas veces y dándoles la vuelta, por un lado y otro, para que no se nos seque, este es el truco para que salga muy jugosa la carne.
Cuando estén churrascaditos, eso ya depende del gusto de cada uno, lo apartamos del fuego.
Ya están listos para comer!

LENTEJAS

LENTEJAS

Los ingredientes necesarios: 

1/4 Kg. de Lentejas
3 Tomates maduros
1 Cebolla
1 Patata grande
1 Puerro
2 Zanahorias
2 Dientes de ajo
1 Hojita de laurel
50 Gr. Almendras crudas con piel
1 Cucharadita pimentón dulce
1 Pizca de comino molido
Sal
Aceite de oliva

Esta es una receta clásica de cocinar las legumbres, las lentejas caseras uno de los pilares de la dieta mediterranea muy sencillas de hacer y que se cocinaban de esta manera en casa.
Y ya sabeis, lentejas el que quiere las come y el que no las deja!

Ponemos en remojo el día anterior las lentejas, yo utilizo para ello agua mineral. Antes de cocinarlas, lavarlas en agua fría y quitar todo el agua que contenga todavía.
Añadimos el aceite a la olla y freímos las almendras, las apartamos en el almirez y cuando estén frías las majamos.
A continuación hacemos un sofrito con la cebolla, cuando este doradita ponemos el laurel y luego los tomates rallados hasta que se consuma el agua que sueltan, ponemos un poco de sal.
Agregamos una cucharadita de pimentón y una pizca de comino molido, removemos muy bien con cuidado de que no se nos queme.
Añadimos el agua caliente a este sofrito y dejamos hervir unos minutos, luego incorporamos las zanahorias cortadas en daditos, el puerro, los dientes de ajos enteros y la patata cascada en gajos.
También en lugar de echar todo esto en crudo, lo podemos rehogar un poco y luego añadir el agua, como quieras.
Removemos todo muy bien y es entonces cuando incorporamos las lentejas.
Comprobamos de sal y si es necesario añadimos mas agua hasta cubrir unos dos dedos por encima del guiso, tapamos la olla rápida y en unos 20 minutos estarán listas.
En ese momento es cuando incorporamos el majado de almendras, porque antes se asentaría en el fondo, rectificamos de sal y dejamos reposar, si es necesario dejamos un poco a fuego lento sin taparlas de nuevo para que se terminen de hacer.

No debemos meter la espumadera o cuchara para moverlas, es mejor hacerlo moviendo la olla, porque se nos pueden descascarillar las lentejas.
Si queremos, podemos añadirle un chorizo en manteca y un trozo de morcilla cuando incorporemos las lentejas, como siempre del primo Paco Martinez en el mercado.
También podemos acompañarla añadiendo arroz o fideos de cintita (babeta) para lo cual debemos hacerlas mas liquidas por el caldo que absorben al cocinarse.

PUCHERO Y COCIDO MADRILEÑO

PUCHERO Y COCIDO MADRILEÑO


Los “avíos” del puchero:
1 Trozo de pavo, pollo o gallina
1 Trozo de jarrete ternera
1 Trozo de cerdo o un codillo
1 Trozo de tocino con vetas
1 Hueso blanco
1 Hueso espinazo
1 Trozo costilla salada
1 Sobre azafrán
¼ kg. Garbanzos en remojo
3 Patatas medianas
1 Puerro
1 Trozo de calabaza
1 Rama de apio
2 Zanahorias
1 Nabo
1 Chirivía (típica de Santa Pola, solo para el puchero)
Sal
Para el cocido madrileño:
1 Trozo de col
2 Chorizos asturianos
1 Hueso o punta de jamón
Nuestro puchero andaluz, dicen que es una variante del cocido madrileño, pero claro el dilema de siempre es si primero fue el huevo o la gallina, voy a explicar cómo hago las dos recetas en una sola publicación, prácticamente llevan los mismos ingredientes aunque habrá algún purista del cocido madrileño que diga que si esto o lo otro, pero bueno así es como lo hago en casa y nos gusta muchísimo.
Me encantaba ese olor a puchero por las mañanas que perfumaban nuestras calles y aunque es un guiso muy austero, da mucho de sí, pues prepararemos el caldito con los fideos o el arroz, que luego podemos congelar y usarlo para otros platos, a continuación nuestra pringá, que si sobra después de haberlas majado con el tocinito pues ya sabéis para unas croquetas o la ropa vieja.
Primeramente desalamos bajo el chorro de agua fría el hueso blanco, el de espinazo, el tocino y la costilla salada.
Lo mismo hacemos con las carnes, las lavamos bajo el grifo para eliminar la sangre y restos de huesecillos que puedan tener las de ave.
Pelamos y cortamos las verduras, las enjuagamos también para eliminar posibles restos de arena.
Los garbanzos o bien los compramos ya en remojo o bien los ponemos la noche anterior en agua, no utilices los de botes.
Ponemos a calentar en la olla el agua y la sal hasta la mitad de la olla más o menos, cuando este caliente empezamos a añadir las carnes y las verduras hasta llevar a ebullición.
Con un colador vamos retirando la espuma donde se concentra todos los restos no deseados, a esto se le llama blanquear, dejamos cocer unos diez minutos.
A continuación añadimos el azafrán y los garbanzos, llevar a ebullición y comprobamos de sal, utilizamos en casa el azafrán debido a nuestro origen valenciano, aunque aquí en nuestra tierra el pucherito es blanco.
La manera tradicional de hacerlo es en la olla a fuego lento, que lleva más tiempo, algo así como unos 50 minutos, pero yo utilizo mi olla rápida, así que en este punto cerramos la olla y dejamos cocer durante unos 20 minutos, de esta forma hemos realizado un puchero de los nuestros.
Al caldo resultante, le añadimos junto con las verduritas unos fideos finos o arroz como primer plato, puedes ponerle que son muy típicos unos huevecitos de gallina.
A continuación se sirve la pringá.
Utilizo la chirivía para dar el sabor característico de los pucheros de Santa Pola, es una especie entre el nabo y la zanahoria, difícil de conseguir aquí pero que mantengo en el congelador, tengo que decir que en el Morrison de Gibraltar también la he visto, así que la próxima vez que necesite iré a contrabandearlo.
Para el cocido madrileño, procederemos de igual manera pero eliminado el nabo y el apio, en su lugar le ponemos la col, el hueso o punta de jamón y los chorizos asturianos, lleva también un trozo de morcilla pero no suelo ponerla.
Previamente los hemos pinchado con el tenedor para que suelten todo su sabor en el caldo.
También la cantidad de garbanzos en este caso es mayor, ya que luego la pringá del cocido se sirve acompañados de estos.
La manera típica de presentarlo es que primero se sirve la sopa hecha con el caldo y un poco de pasta y de segundo plato, se sirven todos los ingredientes en fuentes, para que cada uno se sirva.
 

Con el resto de pringá que nos sobre, podemos hacer una ropa vieja.
En una sartén freímos unos dientes de ajo, a continuación los garbanzos que deben estar bien escurridos y retiramos, seguidamente las carnes en trozos pequeños que también apartamos, a continuación refreímos las patatas cortadas en panadera, para finalmente juntarlo todo y lo salpimentamos al gusto.
Ya tenemos nuestro plato de ropa vieja.
Y por supuesto con toda la verdura y parte del caldo sobrante, también podemos hacer una crema de verduras.
Si queremos utilizar azafrán en hebras, lo tostaremos primero un poco y luego lo diluimos con un poco de caldo para sacarle todo el color y sabor.
Por último quiero decir que en mi casa, el puchero se hacía con pelotas (albondigones), todavía no me he atrevido a hacerlas pero en cuanto lo consiga, añadiré el modo de hacerlas a esta receta.