La Moda en el año 2002 a.C. (Texto de la conferencia impartida dentro del Curso El Milenario Egipto, convocado por la Asociación Española de Orientalistas y la Cátedra de Historia Antigua de la Universidad de Alcalá de Henares) Relieve pared tumba de Ramose en Gurnah - Din. XVIII EL CUERPO HUMANO Los artistas egipcios representaban con la misma frecuencia la figura femenina que la masculina. No se aprecian grandes cambios en el ideal de belleza durante tres mil años, si acaso una mayor esbeltez en las sirvientas a partir de Reino Nuevo. El ideal femenino consistía en un cuerpo sutil, senos pequeños, caderas estrechas y rostro delicado con grandes ojos. El ideal de hombre era el de figura delgada, hombros cuadrados y caderas estrechas. Las vestiduras, más bien simples y cilíndricas al principio de la historia, sí que evolucionaron hasta convertirse en complicadas túnicas con múltiples plisados en el Reino Nuevo. Las pinturas funerarias y las viñetas de los papiros nos muestran estos vestidos confeccionados en lino tan fino y adherente que más bien revela las formas en lugar de cubrirlas. Por lo que las representaciones artísticas nos muestran, se diría que los egipcios habían hecho un pacto con el diablo y no envejecían, aunque en alguna ocasión podemos ver a hombres con estómagos prominentes, papadas, etc. Cuando se trata de mujeres, apenas apuntan una cintura menos esbelta, una cierta pérdida de firmeza en los senos, y leves arrugas en el rostro. Todo ello aparece compensado con una mayor riqueza de vestuario, adornos y pelucas Esto está en la mente de todos en representaciones de la XVIII Din, especialmente si pensamos en Tiy. En el caso de los hombres, sobre todo si se trata de faraones, apenas percibiremos el paso de los años en las representaciones. LOS MATERIALES La materia prima principal es el lino. La lana no llegó a Egipto hasta el siglo V a.C. y se consideraba impura. Herodoto dijo que la lana estaba prohibida por la religión egipcia. La realidad es que no les hacía falta para nada. Seguramente si hubieran vivido en un lugar donde hiciera frío no la hubieran considerado impura. El uso de la lana para hacer pelucas no se ha confirmado. La traducción de una palabra dudosa como "lana" en un papiro del Reino Nuevo no es suficiente prueba. Si se llegó a usar la lana, no fue en modo alguno para vestirse. El algodón tuvo su origen en India, siendo el primer tejido del 3.250 a.C. en Mohenjo Daru. Aparece en Egipto en el S II d.C., aunque la producción en serio se inició con los árabes en el 641.La seda no llegaría hasta el S IV y por tanto nada tiene que ver con la cultura faraónica. HILATURA Y TEJIDO El lino se cosechaba en distintos momentos de maduración, dependiendo del uso que se fuera a dar a sus fibras. - Verde para los tejidos más finos
- Amarillo para fabricar "buenas telas"
- Maduro para hacer cuerdas y esteras
Una vez recogido se pasaba por una especie de peine para separar las impurezas del tallo. Luego se mojaba, para separar las fibras de cualquier resto de tallo y se peinaba de nuevo. Las fibras ya estaban listas para ser torsionadas e hiladas. Se tendía a torsionar el hilo en "S", es decir, hacia la izquierda, ya que el lino al secarse tiene esa tendencia. Los husos que utilizaban para la hilatura eran de tres tipos: suspendidos, de pared y a mano El color iba de blanco a marrón dorado pasando por toda la gama de los beige. La variación era según la madurez de la planta. Algunos linos eran deliberadamente blanqueados al sol. Las variedades eran: - Lino real. Blanco y casi transparente. - Lino fino. Con más hilos, más tupido, aunque aún fino. - Tejido fino. Buena calidad, pero hilos más gruesos. - Tejido suave. Tejido bueno y resistente, aunque con una terminación algo más ordinaria. Era el tejido de abrigarse. La hilatura y el tejido eran artes antiquísimos en Egipto. Una vez hiladas las fibras se procedía al tejido de las telas. Se solía hacer en las casas, donde había un pequeño taller para el uso doméstico. Tejían en telares verticales y horizontales. Los telares horizontales o de suelo se usaron desde la época Badariense al Reino Medio. Los verticales se usaron desde el Reino Nuevo, sin que ésto signifique que se desterrara el telar horizontal. Los hilos (lo que se llama "urdimbre") se mantenían separados por unos peines para que pasaran unas agujas enhebradas (lanzaderas). Después unos listones de madera ("batanes") apretaban el entretejido de los hilos para darles consistencia. El ancho de las telas oscilaba alrededor del metro o metro veinte. (Los brazos del tejedor extendidos). Este ancho configuraba a veces el largo de los vestidos. Es de destacar que los bordes longitudinales de los tejidos estaban reforzados en algo parecido a nuestra "orilla viva" para evitar que se deshilachara. Esto se conseguía reforzando al doble de hilos en la trama y urdimbre de los bordes. También tejieron dejando hebras huecas sobre la trama, es decir haciendo un rudimento de tela de "rizo" que se utilizaba como toalla. Todos los templos tenían su propio taller de tejidos, y el de Amarna se tenía por particularmente próspero. Sorprendentemente, y pese a lo rudimentario de la hilatura y tejido, muy pocas telas egipcios presentan defectos en la fabricación. También encontraremos cordones y chales. Los cordones eran fibras gruesas de lino fino torsionadas en S o en Z con algo parecido a borlas con flecos en los bordes. Los chales, o más bien deberíamos llamarlos fajines eran de tejido y también llevaban los bordes con flecos trenzados y se utilizaban para ceñir las ropas a la cintura, o bajo el pecho. Afirmamos esto porque es mucho más escasa la representación de esta prenda como "chal". El llamado chal de Tutankhamon mide 1,07 m. de largo por 20 cm. de ancho. Con este ancho no deberíamos considerarlo un chal, con la acepción que le damos ahora a la palabra, aunque pudiera ser una especie de estola ritual usada en determinados ritos u ocasiones solemnes. Hay muy pocas representaciones de estos fajines usados como chales por mujeres, solo como ceñidor para evitar que se les cayeran las faldas en los trabajos más duros, o ya en vestidos muy elaborados de la 19 Din. (Nefertari). Otros autores apuntan que estas bandas eran utilizadas por las mujeres como algo parecido a un sujetador, aunque no existen representaciones específicas de este uso, por lo que nada podemos afirmar. Diosa Isis con vestido-funda rojo y Faraon con faldellín-delantal plisado Pintura tumba de Horemheb - Valle de los Reyes - Din XVIII EL TEÑIDO Utilizaban tintes naturales:
| Rojo | Alkanna tinctoria (raices) |
| Rubia tinctorum |
| Rubia peregrina |
| Hembra del Coccus ilicis (cochinilla) |
| Azul | Isatis tinctoria |
| Indigofera tinctoria |
| Amarillo | Carthanus tinctorius |
| Verde | Mezcla de amarillo y azul |
| Púrpura | Mezcla de rojo y azul |
| Ocre | Mezcla de rojo y amarillo |
| | Para teñir los tejidos, saturaban la tela en un agente fijador, o mordente (cal apagada o alumbre) y luego la sumergían en el tinte hirviendo. Este proceso hacía que el teñido fuera duradero y no desapareciera con el lavado. EL proceso actual de teñido es más o menos el mismo. No tejían mezclando hilos teñidos de diferentes colores hasta la llegada del telar vertical en el Reino Nuevo. Aún así, sólo la realeza y las representaciones de diosas llevaban vestidos que combinasen colores. En éstas pintaban o esculpían el vestido liso y luego el dibujo como superposición. Nunca estamparon las telas. De hecho no han sobrevivido tejidos teñidos, no se sabe si porque no lo enterraban en las tumbas por considerarlo demasiado costoso, y preferían seguirlo utilizando, o que quizás los tintes se desvanecieran con el paso de los siglos. Un ajuar normal implicaría unos 20 m. de tela para un hombre y algo menos para una mujer. Por lo tanto las telas eran un material muy apreciado que servían de dote, medio de pago, o recompensa, e incluso cuando había una disputa conyugal, en ocasiones el marido era condenado a regalar a su mujer determinada cantidad de tela. Micerinos con faldellín-delantal plisado con Isis y representacion de un nomo con vestidos-funda Tríada de Micerinos - Din. IV - Museo de El Cairo LAVADO, PLANCHADO Y PLISADO El sistema de lavado era el que debió usarse hasta tiempos relativamente recientes. Es decir: se mojaba la ropa y se golpeaba con unos palos dentro del agua. La frotaban con carbonato o bicarbonato sódico para blanquearla. El escurrido se hacía retorciendo la prenda arrollada a un poste vertical hundido en la tierra, a veces ayudados por otra madera para hacer más fuerza y retorcer la tela más fácilmente. Se lavaban las prendas con frecuencia, sobre todo las interiores. El lavado no se hacía en casa, y en Deir-el-Medina se han encontrado listas de lavandería, en las que se relacionan las prendas que se entregaban al lavandero. En ropas de las D.XII se han encontrado marcas que las señalan como pertenecientes al templo de Mentuhotep. En estas listas se especifican las prendas, hasta las más pequeñas, como bandas, pañuelos, paños e incluso algo que ellos denominaban literalmente "bandas de las traseras" y que suponemos que eran algo parecido a compresas. Hemos dicho que había lavanderos, hombres, lo cual no deja de ser chocante. Anécdota: En la Sátira de los oficios se dice de ellos: El lavandero lava en la orilla, con el cocodrilo como vecino. ´Padre, sal de la corriente de agua´, dicen su hijo y su hija. No es un trabajo que satisfaga...Su alimento está mezclado con la suciedad. No hay parte suya limpia, mientras se coloca a sí mismo entre las faldas de una mujer en menstruación. Llora, pasando el día en la pala y la piedra. Se le dice: ´Ropas sucias para tí´. Como contrapunto a estos inconvenientes que el escriba expone a su hijo, el enamorado ve las cosas de otro modo en esta canción de amor: Ojalá yo fuera el lavandero de mi amada, aunque fuera solo un mes. Disfrutaría mi trabajo de lavar las prendas que han tocado su cuerpo. Sería yo el hombre que lavase el ungüento que queda en su paño de cabeza. Trabajaría hasta la extenuación entre sus vestidos. El plisado de los vestidos se conseguía estirando el tejido aún húmedo sobre una tabla con estrías, de las que sólo se conserva un ejemplar en el M. Británico. Al secarse la tela, quedaban marcadas las líneas. Luego, con las manos obligaban a los pliegues a quedarse en su sitio. Después cosían estas líneas para fijarlos. Luego los "planchaban" con piedras. No sabemos si por simple peso de éstas, o si las calentaban de alguna manera, o incluso al sol, para acelerar el proceso. Como los pliegues estaban cosidos, no necesitaban repetir el proceso de la tabla al lavar la prenda. Solo debían "plancharlos". ZURCIDO También han aparecido evidencias de que algunas prendas fueron zurcidas. Se cree que remendaban las de tejido más fino, o confección más valiosa, con bordados, o colores. El zurcido se hacía reparando los hilos de trama o urdimbre que estuvieran dañados o desaparecidos, como si se tejiera de nuevo. Para ésto empleaban agujas con hilo enhebrado como en la actualidad. Los alfileres podían se de metal, aunque los más frecuentes eran de espinas vegetales, que guardaban en alfileteros de huesos de ave huecos. También se han encontrado "dedales" de piedra para proteger de pinchazos el dedo medio. Sennedjem y su familia. La pareja viste vestidos complejos plisados Los niños van desnudos - Din XVIII - Deir-elMedina LOS VESTIDOS No ha sido tarea fácil para los egiptólogos rescatar "vestidos" propiamente dichos, ya que lo que normalmente se encuentra en los yacimientos son fragmentos de los mismos, de los que hay miles por todos los museos del mundo clasificados como "tela egipcia". Las telas encontradas tampoco aclaran demasiado si eran para anudar al cuerpo como prendas de vestir, o si eran ropa de cama. Solo el análisis de las marcas de uso o manchas puede resolver algo Ante todo cabría decir que los vestidos que han sobrevivido físicamente pertenecían a dueños de tumbas y de ajuar funerario, es decir, a personas acomodadas, por lo que en lo que se refiere a sirvientes u obreros de cualquier tipo, debemos tomar como referencia las representaciones parietales o las esculturas. Por otro lado, la moda que se representa en las pinturas de las paredes podría llamarse "moda real" o bien "moda divina" ya que son reyes o dioses los que la lucen. Por lo tanto siempre tenemos la sensación de ver a personajes vestidos "de domingo" En cambio para las clases bajas, la moda varió muy poco entre las diferentes épocas de la historia de Egipto. Afortunadamente han aparecido tumbas bien provistas de telas y ropas. Lo que no sabemos es cuales fueron de uso normal y cuales diseñadas solo para uso funerario como parte del ajuar. Otro problema con el que nos encontramos para reconocer los vestidos es la idealización a la que tendían los artistas. No perdamos de vista que cuando un artista resaltaba una característica de una prenda, incluso sacrificando el aspecto que "debía" tener, era porque así lo deseaba, como por ejemplo un taparrabos o un vestido abierto. Esto no significaba que siempre estuviese abierto, sino que era una manera de mostrar como era la prenda. Es decir, su deseo era mostrar la realidad, resaltando las características importantes, sin concesiones a la perspectiva Hay más dificultades para el estudio de la ropa en el AE, como son por ejemplo la imposibilidad de averiguar el color que tenían las prendas, ya que la mayoría han llegado extremadamente dañadas. Y a veces en las representaciones nos encontramos con dibujos lineales y esquemáticos sin policromía. La textura tampoco puede apreciarse por la representación parietal. Podemos dividir las prendas egipcias en dos grandes grupos: Las prendas que simplemente se arrollaban al cuerpo como un pareo, y las prendas cortadas por patrón y cosidas. En el primer grupo entrarían vestidos arcaicos, faldellines, faldas, mantos y chales. Al segundo grupo pertenecerían los vestidos funda, las túnicas saco, las camisas y los taparrabos. Capitulo aparte merecerían la ropa para los soldados, las pieles de felino para los sacerdotes, y las prendas usadas por las bailarinas y prostitutas. En cuanto a la ropa de niños, nada podemos decir puesto que iban desnudos hasta alcanzar la pubertad. Ra-hotep viste faldellín simple. Nofret vestido funda con tirantes y manto arrolladio Ra-hotep y Nofret - Din IV - Meidum EL VESTIDO EN EL REINO ANTIGUO. Difícilmente podemos llamar vestidos a las ropas que usaban los egipcios en el Reino Antiguo. Las mujeres simplemente arrollaban un rectángulo de tela largo hasta los tobillos que iba atado en el hombro izquierdo, al lado de la axila, dando la impresión de ser un tirante. Los hombres casi siempre aparecen con un simple faldellín, y en el caso de obreros, con el taparrabos, sin más. Más adelante aparecieron los llamados "vestidos funda", consistentes en un cilindro estrecho que se sujetaba más por su estrechez que por el o los tirantes, que además estaban sin coser. Los vestidos que se han encontrado en las tumbas NO tenían tirantes. En las pinturas de las paredes, los tirantes dejan con frecuencia los pechos al aire, aunque en las estatuas están estratégicamente cubiertos por los tirantes. Este vestido-funda era utilizado por todas las clases sociales, reinas, sirvientes, e incluso diosas. El asunto de los tirantes ha movido a grandes controversias, ya que al no aparecer vestidos con los tirantes cosidos, ni alfileres adecuados para sujetarlos, y ni siquiera haber un canon de utilización, esto podría llevarnos a la conclusión de que los tirantes eran unas bandas que se arrollaban al torso con el fin de sujetar el pecho, por tanto al ir bajo el pecho no necesitaban coserlos al vestido. También se ha pensado que estas bandas fueran una forma de empapar el sudor, sin que chorrease por el cuerpo. Las diosas llevaron a lo largo de la historia estos vestidos más adornados, con dibujos, colores o bordados. (El vestido que lleva Nofret es aparentemente un vestido funda, con dos tirantes, sobre el que se ha colocado un enorme manto que cubre todo el vestido). En algunas momias, aparecían medios-vestidos, esto es, solo superpuestos sobre los vendajes, sin parte posterior. Por supuesto las representaciones de estos vestidos están idealizadas, y no debían sentar tan bien como podría suponerse. Era difícil que un simple rectángulo arrollado al cuerpo cayese tan recto y simétrico, y es también difícil que un vestido funda, hecho de lino, que es un material que tiende a dar de sí, ajuste en un cuerpo de forma que revele las formas de la manera que vemos en las decoraciones parietales. Lo que en los vestidos masculinos llamaremos faldellín, cuando es usado por mujeres no tenemos más remedio que llamarle falda, y considerarla una prenda de trabajo, utilizada por la clase trabajadora. Difiere de la prenda masculina en varios aspectos: es mucho más larga, hasta la rodilla o incluso los tobillos; además el borde del rectángulo de tela que en el faldellín masculino es redondeado, en la falda femenina desaparece. La falda es un rectángulo de tejido arrollado al cuerpo en la cintura, con el pico final enganchado de la misma manera que un pareo o una toalla, al salir de la ducha. A veces una banda o fajín sujetaba la falda en su sitio. Otra diferencia es que las faldas femeninas nunca iban decoradas, ni pliegues, ni flecos, ni adornos de ningún tipo, con excepción de las bailarinas. Muy raramente aparecen vestidos más elaborados con escote de pico en V, que a veces iban bordados con cuentas de vidrio y llevaban un cinturón. Prácticamente no había diferencia de forma entre los vestidos de las señoras y los de las sirvientas, aunque sí debía haberla en la calidad de los tejidos. Por supuesto las señoras llevaban peluca y joyas, mientras que las sirvientas no iban adornadas. Incluso, dependiendo del trabajo que desempeñaran en la casa, vestían un simple faldellín como los hombres, que les permitía mayor libertad de movimientos. Los mencionados vestidos de las bailarinas eran muy curiosos, consistían en una falda hasta la rodilla o el tobillo (tela arrollada al cuerpo y sujeta con una banda o fajín) y unas tiras entrecruzadas por el pecho y la espalda que acababan atándose en el pecho o en la espalda. Estos eran utilizados por las bailarinas del Reino Antiguo. Ejemplos de este tipo de traje se han encontrado en Sakkara, en las mastabas de Ti y de la princesa Idut (También las bailarinas del Reino Nuevo utilizaron vestidos con bandas, aunque el entrecruzado era mucho más sencillo.) El entrecruzado podría proporcionar una mayor sujeción del pecho a las bailarinas, y es posible que se usaran estas bandas de modo general como sujetador. Por otra parte, desde el Reino Antiguo aparecen los llamados vestidos red, consistentes en una red hecha de cilindros de pasta de vidrio engarzados formando rombos y otros dibujos. Dos tirantes sujetaban estos vestidos cilíndricos, que llevaban una especie de placas metálicas (bronce) o de terracota para ocultar la parte más comprometida de los senos femeninos. Pruebas hechas con vestidos de este tipo que han llegado a nuestros días demuestran que estaban pensados para chicas muy jóvenes, unos doce o trece años. Los bordes de estos vestidos estaban formados por unos "flecos" hechos con conchas en las que introducían piedrecitas o bolitas de barro para que pesaran, y que sonaran al moverse. Los egipcios gustaban de admirar el cuerpo femenino semicubierto, casi más que totalmente desnudo. El sonido de las bolitas tenía además un efecto erotizante. Estos vestidos cuando eran utilizados por señoras respetables iban superpuestos a un vestido-funda, mientras que las prostitutas o bailarinas los utilizarían sin nada debajo. En el papiro Westcar aparece el conocido relato del rey Snefru y las chicas vestidas de red que remaban para él. Los hombres también se enrollaban en rectángulos de tela como las mujeres, con algunas diferencias, ellos lo ataban en el hombro, como vemos en la paleta de Narmer, o de modo algo más complicado de manera que parecían tener una manga solo. Trabajadores agrícolas con diversos tipos de faldellín y mujeres con vestidos-funda No obstante la prenda masculina por excelencia a lo largo de toda la historia de Egipto fue el faldellín. Era esta una prenda consistente en un rectángulo de tela que llegaba a la rodilla y que se arrollaban al cuerpo igual que hoy en día hacemos con una toalla. A veces aparecen con los picos delanteros redondeados, dejando ver una especie de delantal que llevaban debajo cubriendo el taparrabos. Estos delantales en caso de personajes de la realeza podían estar bordados, plisados o con flecos o cenefas. El delantal básico sería una pieza de tela rectangular o trapezoidal que se ataba con cintas a la espalda. El faldellín/delantal era prenda de uso exclusivamente masculino. El faldellín podía sujetarse a la cintura con bandas o fajines cuyos extremos se dejaban colgar por delante de la zona genital. Hay autores que sostienen que el faldellín/delantal era una sola prenda, pero hoy en día esa tendencia está obsoleta. Para que un rectángulo de tela presentase el aspecto de faldellín-delantal, el modo de atarlo debía resultar difícil y poco práctico. La ropa interior no varió a lo largo de toda la historia de Egipto, y era igual para hombres y mujeres. Se trataba de una especie de pico-pañal triangular con cintas. Estaba formado por dos piezas triangulares unidas por una costura simple en el centro y dobladillo en los laterales. Se colocaba como un pañal de bebé, metiendo el pico del triángulo entre las piernas y atándolo con las cintas desde detrás. A veces, en lugar de taparrabos, o encima de él pasaban una banda entre las piernas sujetando los bordes con otra banda que ataban a la cintura. Al dejar colgar los bordes por delante hacía el efecto delantal. En cualquier caso tampoco se puede asegurar que el faldellín-delantal fueran dos piezas, ya que haría falta encontrar algún trozo lo suficientemente grande como para poder analizar marcas de uso, manchas, arrugas, etc. Hay otro tipo de vestiduras de las cuales se conservan algunos ejemplos. En este caso son ropas "cosidas" y se trata de los famosos vestidos de Deshasha (Din V) y de la camisa de Tarkhan (Din.I). Todas estas prendas están hechas del mismo modo: montadas sobre un faldón y la parte de arriba en canesú rudimentario de dos piezas y manga larga. Las túnicas de Deshasha son largas y podrían servir para un adolescente, mientras que la camisa es corta y de tamaño adulto. Hay también otra camisa plisada, pero con el mismo corte, de la VI Din. Esta no parece una prenda muy cómoda, ya que tiene aspecto de ser muy pesada. También había vestidos largos plisados en sentido horizontal. Esto debió ser una moda pasajera, ya que el propio peso de la tela desplisaría el tejido y el vestido quedaría demasiado largo. Esta moda debió perdurar por poco práctica y poco estética. Reina Kawit con vestido-funda con un tirante Relieve sarcófago Kawit - Din XII - Deir el-Bahari EL VESTIDO EN EL REINO MEDIO Los vestidos femeninos seguían la misma "moda". Es decir un rectángulo arrollado al menos una vez y media en torno al cuerpo, y sujeto a un hombro. Ahora, ya elaboraban un poco más los vestidos y curvaban los extremos que debían ser atados en una especie de rabos o rudimento de tirante para atarse a la espalda. Ésto era un intento de facilitar la sujeción sin tener que obligar a la tela a arrugarse bajo el brazo, con la consiguiente incomodidad.. Estos vestidos eran fundamentalmente utilizados por las sirvientas. A veces llevaban como adorno una sobrefalda de cuentas que variaba en longitud y tamaño. Los vestidos funda seguían siendo utilizados. En las representaciones vemos que es más un deseo del artista que una verdadera forma de vestirse, ya que una prenda tan ajustada debía ser incómoda de poner, y no digamos de quitar o moverse con ella, teniendo en cuenta las temperaturas de Egipto. No podemos olvidar que el lino no es un tejido que ceda ni se acople, por tanto cuado vemos a una dama vestida así arrodillada Y SIN UNA SOLA ARRUGA no nos cabe duda sobre la idealización. En el Reino Medio comenzaron a utilizarse los plisados para la realeza y los colores para las sirvientas y obreras. Los hombres seguían utilizando faldellín, aunque durante el IM eran algo más altos de cintura, y solían cubrir el ombligo. También eran más largos. En la moda también se traslucía algo de la melancolía del Reino Medio. Aunque en esta época florecieron artes como la Literatura, la sociedad en general era algo menos festiva, y esto se traduce en una moda algo más recatada, e incluso una cierta blandura de facciones en las estatuas. Durante el Reino Medio aparecieron las llamadas túnicas-saco, o camisas. Pero no sobrevivió ninguna de aquella época, y las que conocemos son del Reino Nuevo Pareja tebana luciendo vestidos complejos Pintura tumba del visir Nakht - Din XVIII - Gurnah ELVESTIDO EN EL REINO NUEVO A partir del Reino Nuevo ya no se vuelve a ver el vestido arcaico, es decir el simplemente arrollado al cuerpo, aunque se siguen envolviendo en una tela de manera más o menos artística. Las telas eran más ricas y muchas veces plisadas, sobre todo para las clases altas. Comenzaron a idear nuevas y complicadas formas de anudar en torno a su cuerpo grandes cantidades de tela, consiguiendo unos resultados realmente sorprendentes, como podemos ver en los fastuosos vestidos de Nefertari, o los de época amárnica Unas veces arrollaban la tela dejando un pecho al aire. Otras veces cubrían ambos, dando la impresión de llevar una especie de chal por encima, pero algunos dibujos nos enseñan cómo se podía conseguir tan magnífico resultado. Aunque los rectángulos de tela debían se cada vez mayores para dar todas las vueltas necesarias. Y también las telas más finas para no abultar demasiado. Se cree que después del complicado entrecruzado de tela iban atados delante, pero quizás esa es solo la impresión de las representaciones, ya que las diosas y las reinas realzaban estos modelos con fajines o, llamémosle, cinturones, aunque ahora éstos eran bordados, o de colores y tenían flecos trenzados para evitar que se deshilacharan. Los vestidos funda seguían utilizándose, aunque cada vez eran más nítidos, o quizas, los artistas más esmerados. Vemos Además que ya tenían dibujos y colores, incluso para las sirvientas. Jóvenes tebanas con vestidos arrollados al cuerpo y manchados por el perfume Pintura tumba de Nebamun - M. Británico Cuando vemos un color amarillento en los vestidos blancos de las fiestas tebanas, es, al parecer, las manchas de grasa de los conos de perfume, que iban impregnando las telas. También las franjas grises verticales que aparecen en los vestidos de las plañideras, no son ningún color añadido, sino las manchas de la ceniza que se arrojaban por encima para demostrar su dolor. La moda masculina también varió, y en el Reino Nuevo los faraones y nobles se hacen representar con vestiduras más complicadas. A menudo llevan una falda larga hasta los pies, aunque de tela transparente a través de la cual vemos el faldellín corto. Pareja de nobles ataviados con túnicas-saco El hombre lleva encima un faldellín largo También en esta época aparecieron las llamadas "Túnicas-Saco". Estas prendas eran utilizadas igualmente por hombres, mujeres y a veces niños. En algunos textos las llaman dalmáticas, por la semejanza que tienen con la vestidura sacerdotal actual. Se trata de un rectángulo de tela doblado a la mitad, con un agujero en forma de ojo de cerradura para el cuello, y cosida a los lados, pero dejando un espacio sin coser para los brazos de unos 30 cm. Las había con y sin mangas Normalmente eran simples, pero las había bordadas y con adornos de tapicería o flecos (Tutankhamon). También solían intercalar hilos de otros colores en el tejido La abertura del cuello se cerraba con cordones. A veces se las ceñían con cordones o fajines de colores, bordados o con flecos para ir más cómodos y evitar el antiestético aspecto de murciélago Las había largas y cortas. Las largas iban desde los hombros a las rodillas, o más frecuentemente a los tobillos. Eran utilizadas por todos. Las cortas, que iban desde los hombros a las caderas eran de uso masculino. Ambas modalidades podían utilizarse solas, o sobre otras prendas, ya que su función primordial era la de abrigar en épocas frías, mas que la de adornar o demostrar status social. Estas prendas comenzaron a verse en el Reino Medio, pero las que han sobrevivido pertenecen al Reino Nuevo. Por ejemplo en la tumba del arquitecto Kha aparecieron 16 de estas túnicas de material fino y una de material grueso, que hemos dado en denominar "de invierno". Tutankhamon tenía 12 túnicas-saco, algunas bordadas para uso ceremonial. Otras se encontraron en la aldea de los trabajadores de Amarna Sacerdotes con diferentes vestiduras y cabezas rapadas Cortejo Fiesta Opet No olvidaremos las vestiduras de los sacerdotes. Los sacerdotes utilizaron las mismas vestiduras que la gente ordinaria, y no debieron variar gran cosa a lo largo de la historia. Sus vestiduras siempre debían ser de lino de la mejor calidad, casi transparente, y estar recién lavadas. Podían utilizar faldellín, vestido arcaico, o también los llamados túnica saco. Pero solo gracias a los demás símbolos de los vestidos podemos saber si un personaje era sacerdote o no, ya que solían llevar unos pectorales especiales, llevar unos báculos muy característicos, o bien ir peinados con un mechón lateral. También los adornos del delantal del faldellín, habitualmente adornado con una cabeza de guepardo nos informan de que el personaje pertenece al clero Para determinados ritos, o fiestas funerarias. los sacerdotes Sem y Iunmutef llevaban pieles de felino sobre sus túnicas. EL Sem la llevaba simplemente superpuesta, mientras que el Iun-Mwt-ef solía agarrar la pata trasera de la piel del felino Tanto sacerdotes, como sacerdotisas utilizaron estas pieles, aunque las mujeres arrollaban la piel al cuerpo como un vestido y no como una capa. VESTIDO EN EPOCAS POSTERIORES Las representaciones de vestiduras en época ptolemaica y tardía nos muestran una vestidura que es una copia de las anteriores, aunque nos cabe la duda de que esto pudiera ser solo de "cara a la galeria" para las representaciones murales. Lo cierto es que los faraones y reinas de esta época se hacían representar en las paredes y estatuas como egipcios clásicos. Pero a veces parecían estar disfrazados de algo que ya no era su modo habitual de vestir. A pesar de que hemos visto tantas veces representada a la famosa Cleopatra VII como ejemplo de la mujer egipcia, la verdad es que el atuendo habitual de Cleopatra debía ser más bien como dictaba la moda griega, es decir con clámide. Y solo para hacerse representar en los monumentos debió usar prendas egipcias. No obstante tenemos magníficos ejemplos de vestidos de época tardía como el que luce la reina Karomama. VESTIDURAS ESPECIALES Además de los vestidos utilizados por todo el mundo, había otras prendas que también hemos de reflejar aquí. Se trata de los corseletes o cotas de malla que usaban los faraones en combate. Todos hemos visto en los museos alguno de estos corseletes hechos de pequeñas placas metálicas colocadas como escamas de pescado. Eran la prenda que los faraones o los militares de alto rango utilizaban para las batallas. Es frecuente ver a los faraones de pie en sus carros luciendo una de estas cotas de malla en las representaciones murales de las batallas. Esta prenda se ve sobre todo en el Reino Nuevo. Entre los hallazgos de la tumba de Tutankhamon hay un ejemplar bastante bien conservado de uno de estos corseletes. También una vestidura especial podemos considerar a los taparrabos de cuero que utilizaban los soldados. Los soldados llevaban como ropa interior el clásico taparrabos triangular utilizado por todo el mundo, pero encima del pico de tela llevaban una curiosa prenda de cuero, mejor dicho de tiras de cuero. Estas prendas no se metían entre las piernas, sino se superponían por la parte trasera sobre los glúteos y riñones y se ataba delante, aunque también los hay que se ataban a ambos muslos. Tenían, por lo tanto una forma algo curiosa. Más o menos rectangular con tiras en los cuatro ángulos. Estaban hechos de una pieza de cuero con incisiones que hacían que al estirarse quedaran como una red, o como un trenzado. Estas prendas debían ser para preservar los tejidos en las batallas y para protección del cuerpo al sentarse en el suelo. Sólo lo usaron los soldados y algunos trabajadores de oficios especialmente duros. Isis y Neftys con vestidos-funda y ricos ceñidores Pintura tumba de Nefertari. Din XIX - Valle de las Reians CHALES, BANDAS Y MANTOS Tenemos que distinguir muy bien lo que es un chal y lo que es una banda ornamental. En el AE si que hubo chales, pero no todo lo que llaman chales lo son. Es producto de una traducción poco cuidadosa del inglés donde el término se presta a confusión. Llamamos chales a las piezas de tela rectangulares y de la anchura necesaria para poder ser usada como abrigo sobre los hombros, o bien envolviendo glúteos y caderas con fines ornamentales o ceñidores. El ejemplo más claro de chal que todos tenemos en la mente es el que llevaba la imagen del dios Anubis en la tumba de Tutankhamon. Estos chales podían ser lisos, o bien plisados. Normalmente se colocaban sobre los hombros y se ataban delante bajo el pecho. Eran prendas utilizadas igualmente por hombres y por mujeres. En cuanto a las bandas, o fajines jugaron un importante papel en la moda egipcia. Se trataba de unas tiras de tela de un ancho máximo de 20 cm. Aunque muy largas. En el Museo de Leiden hay un ejemplar que tiene 3 m. de largo. Estas tiras de tela tenían la función de sujetar las faldas y faldellines, o bien se usaban como ceñidores en los vestidos complejos o sobre las túnicas-saco. La clase trabajadora utilizaba cualquier trozo de tela disponible para ceñír sus vestiduras, incluso a veces ataban estas bandas en la espalda con el fin de que los extremos no les incomodasen en sus trabajos. Esto en cuanto al uso práctico de bandas. Ahora bien, también había fajines más ricos, adornados con flecos, con bordados, de colores, que tenían una función más especifica. Además de sujetar las ropas, eran un adorno. Pensemos si no en los ceñidores que luce la reina Nefertari en sus atuendos. O en el artístico modo de anudarlo hasta tres veces que podemos ver en las ropas del principe Amonhirkhopeshef. Sirvientas con faldas sujetas con bandas ceñidoras y paño de cabeza Estos fajines más elaborados tenían dobladillo en uno de los lados largos, y en el otro la orilla viva del tejido. Las bandas, como ya hemos dicho podían constituir el precursor del sujetador femenino, como vemos en los vestidos de las bailarinas. Y pasemos a los mantos. Les llamamos mantos para no confundirnos con las túnicas, que sí llevarían algo de confección. Los mantos eran simples piezas cuadradas o rectangulares, normalmente largas hasta los pies, que tenían la función de abrigar. No llegamos muy bien a saber si esto eran prendas de vestir, o si eran ropa de cama utilizada para abrigar. El hecho cierto es que suponemos que en épocas frías se abrigaban con uno de estos mantos, que solían anudar en un hombro. La diferencia en la forma de usar los mantos parece ser que estriba solamente en la postura de la figura representada. Mientras que si esta sentado lo lleva solo superpuesto y cruzado por delante del pecho, si la figura está de pie con conduciendo un carro, lo lleva anudado en un hombro, o bien volando detrás de la espalda como si fuera una capa. Estos mantos se utilizaron desde el Reino Antiguo, y sobre todo los faraones lo usan en los rituales de la fiesta sed, en los que aparecen totalmente envueltos en pesados mantos. SANDALIAS El calzado, en cambio, fue un aspecto del vestuario al que apenas se dio importancia, más que en ceremonias rituales. Los reyes y nobles usaban sandalias, aunque el pueblo llano iba descalzo. Es frecuente ver representados a dignatarios egipcios descalzos, con un sirviente detrás portando sus sandalias. Solamente las usaban en los actos oficiales, ya que eran prueba de posición social. Estaba mal visto llevar las sandalias puestas ante un superior. Las sandalias estaban formadas por una simple suela de fibra de papiro o cuero trenzado y una tira que pasaba entre el dedo pulgar y el segundo del pie hasta una especie de pulsera en el empeine. A veces tenían la punta levantada. Se hicieron sandalias de oro para los faraones, pero no parece probable que pudieran calzarse con ellas. También tradicionalmente, en las sandalias más rituales, solían pintar a algún enemigo de Egipto, un Nubio o un asiático, con las manos atadas a la espalda, o bien representar a los Nueve Arcos, los nueve enemigos ancestrales de Egipto. Esto era un modo muy gráfico de demostrar que el faraón "pisaba" a sus enemigos. En el Período Tardío se ataban a los tobillos de modo más parecido a las caligae romanas TOCADOS Hemos escogido deliberadamente el término tocado para designar los complementos que los egipcios utilizaban en la cabeza. Este término evita la confusión con coronas, diademas y otros objetos de uso simbólico que solo fueron utilizados por la realeza o el clero. Dividiremos los tocados en Gorros y Paños de Cabeza Tutankhamon como dios Ptah con gorro pegado al cráneo Tesoro de Tutankhamon - Din. XVIII - Museo de El Cairo GORROS Genéricamente denominaremos gorros a las prendas sin ningún tipo de borde o ala. La prenda a la que nos estamos refiriendo sería la que cubre la mayor parte de la cabeza, y no a la que cubre solo la parte trasera o de la coronilla, como puedan ser los solideos usados por los hebreos o los sacerdotes cristianos. Más bien estaríamos hablando de un gorro parecido a lo que se lleva para el frío. Muy pocos ejemplos de estos gorros han llegado a nuestros días, en parte porque no queda totalmente claro que sean gorros y no se los consideraba tales. Por ejemplo, entre las cosas de Tutankhamon se encontraron algunos objetos catalogados como "gorros", aunque resulta incierto si lo eran o no. También se encontró un solideo de cuentas que apareció en una caja con la inscripción ·especialmente fabricado para la cabeza del rey". Hay una intrigante descripcion de Carter acerca de este solideo. "Debajo del paño de cabeza real había sucesivas capas de vendas cubriendo un solideo de lino real, que se ajustaba perfectamente al cráneo rasurado del rey, y estaba bordado con un elaborado dibujo de ureos en diminutas cuentas de oro y fayenza. El gorro se mantenía en su lugar gracias a una banda de oro a la altura de las sienes....Cada ureus del dibujo muestra en su centro el cartucho de Aton. La tela del gorro desgraciadamente estaba muy carbonizada y deteriorada, pero el diseño de cuentas no había sufrido tanto y estaba prácticamente perfecto, ya que estaba adherido al cráneo del rey". Es decir, además de que han llegado a nosotros muy pocos ejemplos de estos gorros, no siempre se los reconoció como tales, y especialmente los de pedrerías han sido frecuentemente catalogados como "Bolsas de Cuentas". Por lo tanto los unicos que han llegado a nosotros son los de la realeza, y esto nos ilustra poco sobre el uso o fabricación de los gorros para la clase trabajadora. Siempre se encuentran dificultades para saber si un determinado personaje lleva o no gorro, o si lleva peluca o es su verdadero cabello, ya que los dibujos son muy lineales y esquemáticos. Los gorros en particular se ajustan tanto al cráneo que solo si asoma algún mechón de pelo podemos asegurar que es gorro y no el cráneo rasurado. Aunque en muchas escenas de vida cotidiana, vemos a personajes con el cráneo amarillo. En estos casos es improbable que sea el pelo, ya que no era nada frecuente que hubiera personas rubias en el Valle del Nilo. Deducimos, por tanto que este cráneo amarillo no era más que uno de estos gorros. Hombre preparando cerveza Reino Antiguo Según algunas representaciones cabría deducir que el uso de gorros estaba muy extendido entre las clases bajas, y que lo utilizaban para proteger sus pelucas del polvo o la suciedad, o su cráneo rasurado del sol. Trabajadores aventando el trigo con las cabezas cubiertas con paños PAÑOS DE CABEZA Por paño de cabeza conocemos la prenda consistente en un trozo de tela que cubría parcial o totalmente la cabeza. En general estaban confeccionados con un simple trozo de tela, con los bordes redondeados, pero no cosido en ninguna forma específica. En 1909 Davies presentó tres de estos paños al Museo Metropolitano de Nueva York procedentes de una tumba del Valle de los Reyes. Dichos paños se hallaron fuera de una tumba, que entonces se sospechaba que pudiera ser la de Tutankhamon. Dos de ellos eran blancos y el otro estaba teñido de azul y era de tejido más grueso. Según Winlock el azul sería para ser usado sobre alguna peluca. Más tarde Carter los calificó de delantales. Según Winlock, los paños median de 40 a 52 cm de largo por una anchura que oscilaba entre 53 y 68 cm. cortados en forma semicircular. Una franja de 90 cm., para la frente y atar en la parte trasera de la cabeza. El menor era el azul. Estaban hechos de lino muy fino (los blancos 30 x 60 hilos por cm. Y el azul de treinta y cinco por setenta y cinco hilos por cm2. De estos paños de cabeza habia diversos tipos. Los más largos, incluso plisados, o rayados usados por la realeza, otros más ajustados y pequeños usados por los trabajadores, y luego la simple pieza cuadrada atada con algún cordón, usada por personas que trabajaban en lugares sucios o polvorientos (se les llamaba el paño de los aventadores). Otro ejemplo de aventadores con su paño de cabeza Si exceptuamos los elementos de uso ritual, podemos decir que no existían tocados, o gorros propiamente dichos entre los egipcios, sino que simplemente quien necesitaba cubrirse la cabeza para evitar calor o suciedad, lo hacía con cualquier tela disponible Simplemente se lo ponían sobre el pelo, y lo sujetaban con una banda atada por detrás. También tendría el uso de sujetar el pelo, para que no cayera a la cara, y que al preparar comidas cayeran pelos en los alimentos. También había paños más grandes que se ponían sobre la cabeza, cubriendo la frente y poniendo el exceso de material por detrás de las orejas. Estos pañuelos también se usaban a veces atados de alguna manera en la nuca, un poco al modo de los piratas para trabajos fatigosos, o en el caso de plañideras. Estos dos modos de colocarse el paño seguramente son el equivalente a los tocados que en el entorno real conocemos como nemes o afnet. Naturalmente en las vestiduras reales, los paños de cabeza están hechos de materiales más ricos. En conclusión, podemos asegurar que el uso de prendas de tela en la cabeza estaba muy generalizado entre los egipcios de todas las clases sociales. PELUCAS El complemento ideal para los vestidos de las mujeres egipcias, venía constituido por las pelucas, de las cuales había infinidad de estilos y modelos. Casi siempre estaban basadas en trenzados. Quizás las trenzas tuvieran un significado religioso, ya que en el mito de Osiris, la reina de Babilonia enseñó a Isis cómo hacer las trenzas. Las modas en el peinado sufrieron variaciones en las diferentes épocas. Las diademas, pasadores, cilindros, anillas, rosetas, ureos, etc. formarían parte de otra lección dedicada a joyas. PEINADOS NATURALES Casi todas las egipcias tenían el pelo más o menos largo, sin distinción de clases sociales. Llevaban las pelucas sobre su pelo. Durante la época amárnica sí hay constancia de que la famila real iba totalmente rasurada. Es probable que en las demás épocas también lo fueran, aunque no tenemos una constancia tan firme. Las sirvientas, o trabajadoras no llevaban habitualmente peluca, al menos no están representadas con ella. Algunas sirvientas llevaban el pelo al estilo "paje", con media melena, raya en medio y flequillo, con una trenza o cinta sujetándolo. Estas eran las sirvientas encargadas de los trabajos duros: hacer el pan, moler el grano, fabricar la cerveza, etc. Las jovencísimas doncellas nubias que atendían a las damas en los banquetes, solían ir rasuradas, o con algún mechón de pelo sobre el cráneo. Las niñas, al igual que los chicos, conservaban el llamado mechón de juventud hasta la pubertad, aunque las niñas no siempre iban rasuradas, sino que llevaban el pelo corto, a excepción del mechón que caía lateralmente, y que trenzaban sujetándolo con pasadores y adornos. Probablemente ésto sólo se dio entre la clase alta, y los niños y niñas de las clases bajas iban rasurados totalmente. Las bailarinas mantenían el corte al estilo "paje", pero dejando un larguísimo mechón en lo alto de la coronilla con el fin de trenzarlo y sujetar al extremo de esta trenza un disco de algún material rígido. Este disco hacía de peso para mantener la trenza vertical, y para marcar el ritmo del baile haciéndolo oscilar al tiempo. Mujer con peluca tripartita Esposa de Ramsés II - Museo de el Cairo PELUCAS TRIPARTITAS Y CUADRADAS La clase acomodada y la realeza desde el IA utilizaban pelucas de pelo muy abundante, que podían ser largas o cortas. Las largas se dividían en tres particiones, dos laterales y una más gruesa que caía en la espalda. Las cuadradas no llegaban a tocar los hombros, y se peinaban con raya en medio. No parecía importar que el pelo natural apareciera por debajo de la diadema, casi encima de las cejas, como es el caso del peinado de Nofret. PELUCAS COMPLEJAS Las pelucas llegaron a su momento de mayor sofisticación en el Reino Nuevo, con intrincados trenzados, y diferentes capas de pelo. Cada mechón acababa en un tirabuzón, o llevaba algún adorno. Las había de pelo muy largo y abundante, y también de aspecto más bien redondo, con diferentes capas de pelo, llamadas nubias. Fueron utilizadas más bien por los hombres de la XVIII, pero también algunas mujeres, especialmente autoritarias, las usaron, como es el caso de Hatshepsut y Tiy. CONFECCIÓN Y CUIDADO Las pelucas, como tantas cosas, fueron idealizadas por los artistas en su afán de simetría, ya que los pocos ejemplares que han llegado a nuestros días no son tan nítidas ni elegantes como aparecen en las representaciones, además de estar muy manchadas por la grasa de los conos de perfume. Estaban hechas de pelo natural, a veces sobre un soporte almohadillado de fibras vegetales. La famosa peluca rubia rizada del Museo Británico está hecha sobre un entramado de trencitas (unas trescientas, de 400 cabellos cada una) que deja aperturas romboidales por las que se pasan los mechones rizados de la coronilla. Se fija mediante una mezcla de cera y resina cuya temperatura de licuación serían los 60º C. Es, por tanto, poco probable que se derritiera ni en los peores días de calor. Las damas acaudaladas tenían sirvientas que cuidaban sus pelucas y en diversos ajuares, hemos encontrado cajas con soporte para guardar las pelucas. RESUMEN FINAL De todo cuanto hemos visto se desprende que en el Antiguo Egipto las gentes del pueblo llano no dedicaron especial atención a su atuendo y se vistieron siempre más o menos igual. Esto no era así para las clases más elevadas y por supuesto, la realeza, donde sí vemos vestidos extremadamente complejos y cuidados. Aunque también hemos de decir que los artistas se ganaban el sueldo, ya que representaban a sus señores de modo espléndido. No dudamos que las egipcias tuvieran una figura envidiable, aunque no todas tendrían el cuerpo juvenil que nos muestran. Tampoco dudamos que los vestidos les sentaran bien, pero no tanto. Y en cuanto a las pelucas, los ejemplos que han llegado a nuestros días nos muestran que no eran tan simétricas como aparecen en las representaciones. En cualquier caso, los vestidos de la realeza, con todos los adornos, pectorales, coronas, etc debían resultar fastuosos. Si tenemos en cuenta que ellos se hacían representar en monumentos para la eternidad, como son las paredes de sus tumbas, o los relieves de los templos, resulta del todo justificable que quisieran aparecer favorecidos, y en pleno esplendor. Si les he de ser sincera, yo en su caso habría hecho lo mismo. Personajes con diversos tipos de indumentaria cazando en los pantanos Pintura de la tumba del visir Nakht - Din XVIII - Gurnah Rosa Pujol rosapujol@eresmas.com Coordinadora de la Sección el Rincón del Escriba de AE Madrid, Abril 2001 Articulo publicado con autorizacion de Amigos de la Egiptología © Copyright 2000 - Reservados todos los derechos |
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