sábado, 12 de septiembre de 2009

RELATO DE UN NAUFRAGO

RELATO DE UN NAUFRAGO

Al mando del capitán Ramón Martín Cordero, zarpó de Barcelona el 10 de agosto de 1919 el Valbanera en el que habría de ser su ultimo viaje. Tras hacer escala en Valencia, arribó a Málaga el trece de agosto, donde embarcó un importante cargamento de aceitunas, frutos secos y vino. Tras embarcar 34 pasajeros, zarpó de Málaga el mismo día 13 rumbo a Cádiz, puerto del que zarpó hacia las Islas Canarias tras embarcar pasajeros. El día 17 atracó en Las Palmas con 573 pasajeros a bordo. En este puerto embarcaron 251 pasajeros más, de los cuales 169 se dirigían a La Habana y 82 a Santiago. El 18, mientras el vapor carbonea en Santa Cruz de Tenerife, embarcan 212 pasajeros. Finalmente, el día 21 zarpa de Santa Cruz de La Palma, último puerto español de la travesía, donde han embarcado 106 pasajeros más. Rumbo a San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, La Habana, Galveston y Nueva Orleáns, el Valbanera deja atrás el puerto palmero, en un viaje hacia la historia y cómo no, hacia el olvido. Viajan a bordo 1.230 personas, 88 tripulantes y 1.142 viajeros. Cuenta la leyenda que mientras el buque reviraba en el puerto de Santa Cruz de La Palma, perdió uno de sus anclas. Un negro presagio para los supersticiosos marineros.

BARCO VALVANERA


Tras haber hecho escala en San Juan de Puerto Rico, arriba el 5 de septiembre el Valbanera a Santiago de Cuba y es aquí precisamente donde comienza el misterio que envuelve el naufragio del vapor. La mayor parte del pasaje tenía billete para La Habana. Sin embargo, 742 pasajeros decidieron desembarcar en Santiago. Es evidente que esta decisión salvó sus vidas. El por qué de este desembarque masivo continua siendo un misterio. Una familia que había embarcado en La Palma, los Zumalave, había pasado toda la travesía intentando tranquilizar a su hija pequeña, que desde el embarque se había mostrado muy nerviosa, sumida en un estado de gran ansiedad. Al atracar el buque en Santiago, el nerviosismo se troncó en histeria. La pequeña suplicaba a sus padres que abandonasen el vapor, ya que tenía la certeza de que este se iba a hundir. Tal era el estado de la niña que finalmente la familia decidió desembarcar.

El mismo día 5 zarpa el Valbanera de Santiago rumbo a La Habana, con 488 personas a bordo. ¿Conocía el capitán Martín Cordero la formación de un ciclón en el Golfo? Es una pregunta que probablemente quedará para siempre sin respuesta. Desde Punta Maysi fue avistado el buque por penúltima vez, navegando a toda máquina en un mar extrañamente en calma y, como telón de fondo, un cielo que comenzaba a llenarse de inquietantes cirros y cirrocúmulos.

La Habana, primeras horas de la noche del 9 de septiembre de 1919. El viento huracanado procedente del Golfo había estado castigando las callejuelas de la capital cubana durante toda la tarde. Los negros nubarrones que descargaban sin descanso trombas de agua sobre la ciudad hacían que los capitanes de los buques atracados en los muelles sintiesen una punzada de inquietud, dudando entre si sus vapores se encontraban al abrigo de un puerto o si acabarían varados sobre el paramento de los muelles. Los pasajeros de uno de estos buques, el Montevideo, no daban crédito a sus oídos cuando entre los aullidos del viento escucharon el desesperado bravido de la sirena de un vapor pidiendo práctico.
Algunos pasajeros alcanzaron a distinguir desde las cubiertas del Montevideo las luces de un vapor con cámara de pasaje, que aguantándose frente al Castillo del Morro, hacía señales con una lámpara morse. Los vigías del Morro descifraron las señales que emitía el vapor insistentemente: la letra G del código internacional de señales, dos destellos largos de luz seguidos de uno corto. Necesito práctico. A pesar que desde el atardecer había sido encendida la señal que indicaba que el puerto se encontraba cerrado, tres luces rojas dispuestas verticalmente, los vigías encendieron una nueva señal: tres luces en línea vertical, blanca la superior y verdes las inferiores: "el estado de la barra no permite salir al práctico", probablemente la última señal que hubieran deseado ver aquella noche desde el buque. Lacónicamente el capitán del desconocido vapor indicó por señales que intentarían capear el temporal en alta mar. Lenta, imponentemente, el buque fue virando, arrumbando hacia el norte entre las gigantescas olas que se estrellaban contra los acantilados. En pocos minutos sus luces se perdieron entre la lluvia y los rociones de agua de mar. Se supone que dicho buque era el Valbanera.

El Valbanera nunca llegó a puerto. Una semana después de haber sido avistado, se propagó por todo el Caribe la noticia: el Valbanera había desaparecido. Desde la Gran Inagua hasta Cabo San Antonio, desde La Habana a Cabo Sable, se inició una búsqueda frenética del vapor y de las casi 500 personas que en él viajaban.

El día 19, el cazasubmarinos de la US Navy US SC 203 pone rumbo al bajo de Rebecca. A unas 5 millas al este de dicho bajo, se encuentra una zona denominada Half Moon, el Bajo de la Media Luna. El comandante vislumbra algo que sobresale del agua en el límite occidental del bajo. Inmediatamente enfoca sus prismáticos y lo que ve le deja atónito. Del agua sobresale el palo trinquete de un vapor y dos pescantes de botes salvavidas. Tras casi diez días de búsqueda, el Valbanera había sido encontrado.

Tras la inspección de los restos se hace un informe cuyo resumen es telegrafiado por el Comandante del Séptimo Distrito Naval al Departamento de marina de Washington. El texto del estremecedor mensaje es el siguiente:

Key West Flo 2:44 AM Sept 21, 1919
Secnav Opnav Washington

El pecio en el Bajo de la Media Luna situado a 6,4 millas al 94 verdadero del Bajo de Rebecca ha sido identificado en este día sin ningún género de dudas como el vapor español Valbanera, de la Compañía Pinillos -El casco está bajo el agua con el extremo de babor de la cubierta de botes sobre la superficie del agua -Los pescantes indican que no se hizo ningún esfuerzo para arriar los botes salvavidas -El pecio está orientado hacia el oeste a una profundidad de 3 a 4 brazas -Excepto una cabeza no han sido vistos restos humanos o restos flotando del naufragio durante los días que los cazasubmarinos han pasado cerca de la zona. A partir de aquí todo queda envuelto en un impenetrable misterio. Nunca sabremos a ciencia cierta lo que sucedió. Existen incluso dudas en cuanto a si fue el Valbanera el buque avistado desde La Habana.

Docenas de anécdotas y leyendas rodean al Valbanera ya su naufragio. Sin embargo, la más curiosa de ellas nos fue dada a conocer en Florida, mientras realizábamos investigaciones sobre la desaparición del vapor. Los restos del Valbanera son conocidos en la zona de los cayos como The Wreck of the Whores, el Pecio de las Putas. Es curioso comprobar, como la transmisión oral de la historia puede llegar a deformar los acontecimientos. Según la leyenda que circula entre los pescadores de Key West, al Valbanera no se le permitió entrar en La Habana porque a bordo viajaba un nutrido grupo de prostitutas. Tampoco es nada nuevo. En los tiempos de la emigración, no resultaba infrecuente verlas hacinadas en los entrepuentes de los vapores, huyendo de la miseria y el hambre. El Pecio de las Putas. Epitafio no merecido para los 488 marinos y emigrantes españoles que quedaron para siempre sepultados en el Caribe en la que ha sido la mayor catástrofe en la historia de la Marina Mercante Española.

Fernando García Echegoyen
Naufragio
Crónicas del mar y la muerte



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