domingo, 15 de junio de 2008

FERNANDO GUANARTEME

FERNANDO GUANARTEME

Juan Fco. Díaz Palarea

Algunos están empeñados en limpiar la imagen de uno de los personajes canarios mas controvertidos que han existido en la historia de nuestro desafortunado pueblo canario, Tenedor Semidán o Fernando Guanarteme. Sus tesis argumentales no son suficientes para que podamos pasar página y olvidarnos de hechos trascendentales que pudieron cambiar el trágico destino de los antiguos canarios.

Desde el año 1999, comencé a estudiar la batalla de Ajódar, escarbando en archivos y teniendo reuniones con varios ancianos de Tasartico y Tasarte, pastores y otras personas que conocían, por tradición oral, una de las grandes victorias que lo canarios consiguieron contra el español invasor. Y más tarde organicé, en el año 2001, la primera celebración de esta memorable efeméride, invitando a independentistas canarios de todas las islas que acudieron al evento, los cuales en sus intervenciones dejaron claro sus opiniones al respecto.

El juicio de la historia no deja lugar a dudas de que este personaje para salvar a su familia y sus intereses inconfesables pactó con los invasores españoles, y cuando regresó de España se puso a las órdenes del genocida y asesino Pedro de Vera, luchando contra su propio pueblo en Tamarant (Gran Canaria). Prestó una gran ayuda, aportando hombres y conocimiento a este y al otro genocída y asesino: Alonso Fernández de Lugo y con la connivencia de otro traidor canario, el Mencey Añaterve, lucharon contra los guanches en Chinet (Tenerife). Todo esto le supuso poder participar en los botines y saqueos de las batallas y, en definitiva, de la conquista: datas y mas tierras se les dio a este nefasto personaje, a su familia y amigos por su inestimable colaboración con la potencia colonial. Sobre el particular redacté un texto que figura en mi libro "La colonia apestosa canaria", que dice: La isla de Gran Canaria,(Tamarant) no se habría anexionado a la Corona de Castilla si la matanza de españoles en la montaña de Ajódar no la hubiese interrumpido el traidor Tenesor Semidán, Fernando Guanarteme, y posiblemente en ella hubieran muerto los sanguinario y genocidas, Pedro de Vera y Alonso Fernández de Lugo, por lo que a la postre, Tenerife,(Chinet), tampoco habría sido anexionada.

Analizando diversas fuentes históricas, se llega a un convencimiento claro, que en esta montaña de la Aldea de San Nicolás pudo cambiar el destino del pueblo canario. Esta batalla se desarrolla, unos meses antes del fatídico 29 de Abril de 1483, según las fuentes que tenemos de este hecho: los manuscritos de personas que estuvieron en la zona de combate, los soldados españoles Antonio Sedeño; el capellán-soldado Pedro Escudero; el Alférez cuñado de Juan Rejón, Alonso Jaime de Sotomayor, y más tarde en diferentes obras escritas de Abreu y Galindo, Marín y (de) Cubas, Viera y Clavijo, y Agustín Millares Torres.

En la obra "Historia de la Conquista de las siete Islas Canarias" (rescatada por el inglés Jorge Glas) Abreu y Galindo escribe lo siguiente: Pedro de Vera determinó con acuerdo de Fernando Guanarteme y de todo su campo, que se acometiera aquella fuerza de Axodar por la otra banda de la sierra que cae hacia el mar. Y así se hizo, que, pasando la gente a un puerto que está dos leguas de la fuerza de Ajódar por un camino áspero, llegaron al pie de la fuerza. La primera compañía era de Miguel de Moxica (Mujica), por ser ballesteros todos, para defenderles la vista de los que iban subiendo. Pedro de Vera había avisado a Miguel de Moxica no acometiese hasta que fuese avisado, porque fuese el acometimiento por entre ambas partes a un tiempo. "El capitán Miguel de Moxica y sus vizcaínos, viéndose al pie de la fuerza, no guardando la orden que se le dio, con el deseo que llevaba de vengarse de los daños que había recibido en la de Bentagay (Bentaiga) y en otras, de Taxarte, donde había sido maltratado de los canarios", juzgando a cobardía y temor la orden que el gobernador le había dado, comenzó a subir la cuesta arriba, hasta llegar al segundo andén, sin que los canarios se lo impidiesen, estándose quedos, hasta que vieron no podían ser socorridos. Y, dando una gran grita de tropel y gran prisa, arrojando muchas piedras y riscos y galgas, se dejaron venir sobre los cristianos de tal manera, que no les valía huir, porque se habían de desriscar por unos despeñaderos, ni tenían con que ampararse de las piedras, que eran muchas y grandes. Aquí murió Miguel de Moxica y la mayor parte de los vizcaínos, y otros que se les habían juntado. Y SI DON FERNANDO DE GALDAR NO ACUDIERA, A QUIEN LOS CANARIOS TUVIERON RESPETO TODOS MURIERAN AQUÍ, porque al socorro de la fuerza acudieron una cuadrilla de más de trescientos canarios. Y, dando una gran grita de tropel y gran prisa, arrojando muchas piedras y riscos y Viera y Clavijo en su obra. "Noticias de la Historia General de las Islas Canarias", nos dice que.. "LA CARNICERÍA FUE TAL QUE CORRIA LA SANGRE EN ARROYOS POR AQUELLAS LADERAS".

Marín de Cubas (Marín y Cubas) en su obra "Historia de las Siete Islas de Canarias", nos relata como Guanarteme convenció a los canarios para que pararan la batalla, dando voces :"AMIGOS, PARIENTES, NO ME MATEIS, DEJAD LAS PIEDRAS", y dejando de arrojarlas, bajaron diciendo: "SALTA FUERA GUAYEDRA, QUE VIENE EL DIA QUE HEMOS DE QUEDAR DUEÑOS DE NUESTRA TIERRA, QUE ESTOS PERROS TRAIDORES, QUE MATARON A SU DIOS, NOS LA QUIEREN QUITAR, Y TÚ POR UN VESTIDO QUE TE DIO EL DE ESPAÑA TE HAS DEJADO ENGAÑAR, Y AHORA PODEMOS DARTE OTRA VEZ LA TIERRA; SALTA FUERA DEL PELIGRO, NO TE MATE ALGUNA PIEDRA DE ESTAS"

Agustín Millares Torres, en su obra Historia General de las Islas Canarias, nos dice el parecido de esta batalla a un lago de sangre y como Pedro de Vera temiendo la perdida definitiva de la conquista de la isla, imploró a Fernando Guanarteme y le suplicó en nombre de la fidelidad que había jurado a Sus Altezas, que convenciera a los canarios a una tregua, lo cual lo hizo logrando que se suspendiera la batalla.

Existen también datos de varios testigos que presenciaron dicha matanza, (que se recogen en la Información de la hija de Fernando Guanarteme a la que los españoles la bautizaron con el nombre de Margaríta Fernández) "DE QUE A NO SER DE LA GENEROSIDAD DEL REY ISLEÑO ALLÍ HUBIERA PERECIDO EL EJERCITO ESPAÑOL"

Por tanto, sin dejar de reconocer la valentía de muchos de los canarios que lucharon hasta la muerte por defender cada una de nuestras islas, nombres gravados en el alma de todos los que amamos a esta tierra como los de: Arthemis, Doramas, Tinguaro, Hautacuperche y otros; también nos guste o no, debemos reconocer lamentablemente el otro lado del asunto. Lo del Pacto de Calatayud y otras lindezas tampoco justifican compatriota Felipe Ros, lo injustificable.

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